martes

Robar tiempo


—  Aquel hombre  me lo quitaba todo.
— ¿Qué te quitaba? ¿Qué es todo?
— Me quitaba el ascensor todos los días, por la mañana cuando iba a clase y por el mediodía cuando volvía. Y si salía por la tarde, ahí estaba él para llamarlo antes que yo.
— ¿Todos los días?—  Lupe no podía evitar tomarse aquello a broma.
— Sin faltar uno solo, hiciera lo que hiciera, saliera a la hora que saliera de casa y volviera a la que volviera, aquel tipo siempre llamaba el ascensor y yo me quedaba esperando como una estúpida.
— ¿No os llevabais bien?
— Ni bien ni mal, era un vecino más, vivía justo por encima de nosotros, era mayor, estaba divorciado, vivía solo y se dedicaba a espiarme para robarme el ascensor.
— A lo mejor le gustabas.
— ¿Y por eso me quitaba el ascensor?
— Tiene sentido, Naza, era la única manera que tenía de intervenir en tu vida, de manejar tu tiempo.
— ¿Tiene sentido? ¿crees que robando mi tiempo pretendía conquistarme?
— No quería conquistarte, solo quería tu tiempo.
— Si al menos me hubiera dicho algo.
— ¿Querías que te lo dijera más claro? Por lo que me dices solo le faltó escribirte una carta.
— La verdad es que también me escribió.

Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas


 

No hay comentarios: