sábado

Comida a domicilio

Lorenzo comenzó a hacer dinero con las apuestas, según nos contó él mismo apostaba por todo y le parecía que confiarlo todo a la suerte era como vivir dos veces, como tomar dos caminos a la vez, si bien la realidad transcurría por uno, había una realidad alternativa, otro Lorenzo que caminaba por el otro lado de la apuesta.

Lorenzo ganaba o perdía, y se dio cuenta de que si prescindía de la realidad de los números, es decir, si perdía sus apuestas se veía en situaciones comprometidas, no solo de miseria, también de violencia.

Desde muy joven Lorenzo conoció a bandas organizadas que se dedicaban a cobrar deudas, una de ellas que tenía su radio de acción en el norte de Buenos Aires, estaba compuesta por seis tipos que te perseguían día y noche hasta que quedabas en paz.

Lorenzo estuvo casi tres meses huyendo de esta banda, hasta que finalmente decidió enfrentarse a ellos, fue cerca de la Navidad, hacía tiempo que no sabía de la banda y tenía que ir a ver a su vieja para las fiestas, los llamó por teléfono al restaurante donde sabía que paraban. Fue como pedir comida a domicilio, Lorenzo les dijo dónde estaba y ellos acudieron.

Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas


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