viernes

Horheimer y Adorno (Retrato)


En toda obra de arte el estilo es una promesa


Max Horheimer y Theodor W. Adorno


jueves

Acción consciente

Hubo además varias clases de “toques Lubitsch”: El “desliz freudiano” o acción inconsciente, como la de Pauline Frederick jugueteando con la corbata de Lew Cody, en Mujer, guarda tu corazón; la acción consciente como la de Ronald Colman, personificando a Lord Darlington en El abanico de Lady Windermere, acercando la carta de la Sra. Erlyenne a Lor Windermere, quien estira la mano a sus espaldas para tratar de que Lady Windermere no la vea; la acción metafórica, que en El teniente seductor trata de entretener a la peripuesta princesa (Miriam Hopkins) jugando a las damas, y ella, aburrida con ese entretenimiento, lanza el tablero encima de la cama –para proseguir allí “la partida”…


Herman G. Weinberg, El toque Lubitsch


miércoles

El lento porvenir

La vida. Empezaba a desperezarse con lentitud de anaconda. Una vez transcurrida la catástrofe (y la lluvia), quedaba la vida, densa, flotante, embarrada. Cuando terminé de hablar con mi editor decidí recorrerla.


José Carlos Somoza, 
Dafne desvanecida

Cortometrajes de cinco segundos (XII)

HOY:

Varsovia negra

Un agente secreto viaja a Polonia con la intención de terminar de una vez por todas con una situación incómoda.


Cortometrajes (XIII)

HOY:

Viejos amigos

Dos chicos hablan de su vieja amistad antes de coger el Metro.


martes

Cortometrajes de cinco segundos (XI)

HOY:

El anticuario

Los objetos, como las personas, se resisten a acabar en un anticuario.


lunes

¿Quién soy?

Esta es mi propia película, mi propio guión y se trata de un gran proyecto. Se trata del sentido de la vida. Me imagino que sólo quedan algunas películas dentro de mí, por lo que, ya puestos, serán proyectos muy ambiciosos. Pienso seguir al pie de la letra esa máxima que dice: `El deseo de un hombre siempre debe exceder a lo que pueda abarcar su mano. En caso contrario, ¿para qué sirve el cielo?'


En 1992 escribió en su diario: "El meollo de la cuestión es: ¿A qué me dedico? ¿Soy un escritor? En tal caso, ¿soy un novelista, un escritor de novela corta o un dramaturgo? ¿Soy un director, un rey del celuloide o un guionista? ¿Soy un científico o un empresario? ¿Quién soy? ¿Para qué sirvo?"


Francis Ford Coppola

Combate

Descubrí que algo dentro de mí no quedaba satisfecho hasta que no lograba escribir lo que de verdad deseaba.


José Carlos Somoza, Dafne desvanecida

domingo

Recuerdos de la casa amarilla


A mi padre le gustaban los caballos y el lujo. Heredó una buena cantidad de terrenos y una hermosa casa de piedra, pero era un derrochador y la casa pasó a otras manos o se desperdició al modo típico irlandés. 


Edna O'Brien, (El oficio: Un escritor, sus colegas y sus obras, de Philip Roth)




6174

1. Elije cualquier número de cuatro dígitos que esté formado por al menos dos dígitos diferentes, incluido cero, por ejemplo 1234
2. Organiza los dígitos en orden descendente, lo que en nuestro ejemplo quedaría 4321
3. Ahora, organiza el número en orden ascendente: 1234
4. Resta el número más pequeño del número más grande: 4321 - 1234
5. Y ahora repite los tres últimos pasos
Vamos a hacerlo:
4321 - 1234 = 3087
Organizamos los dígitos de 3087 en orden descendente y queda 8730, y en orden ascendente, 0378, y restamos:
8730 - 0378 = 8352
nuevamente, organizamos los dígitos del resultado 8352, y los restamos:
8532 - 2358 = 6174
Una vez más, en orden descendente 7641 y ascendente 1467, y restamos:
7641 - 1467 = 6174
Como verás, de aquí en adelante no vale la pena seguir, pues sólo repetiríamos la misma operación.

Tratemos con otro número. ¿Qué tal 2005?:
5200 - 0025 = 5175
7551 - 1557 = 5994
9954 - 4599 = 5355
5553 - 3555 = 1998
9981 - 1899 = 8082
8820 - 0288 = 8532
8532 - 2358 = 6174
7641 - 1467 = 6174

No importa con cuál número comiences, siempre llegas a 6174 y a partir de entonces, la operación se repite, con el mismo resultado una y otra vez: 6174, a esto se le conoce como Constante de Kaprekar y se expuso por primera vez en 1949 en  la Conferencia Matemática de Madrás en la India, su descubridor fue el matemático Dattatreya Ramchandra Kaprekar (1905-1986).

La parte trasera



Cuando estamos vivos absorbemos pasado y aire; cuando morimos, química y organismos, procreación, tiempo futuro, aunque ese futuro ya de nada valga. Y no hay más. Desde la azotea se ven la parte trasera de los coches que bajan la avenida de única dirección que enfila al astillero en el borde del mar. Ninguno puede ni podrá remontarla.


Agustín Fernández Mallo, Nocilla Experience

sábado

Preguntas

Una novela no afirma nada: una novela busca y plantea interrogantes.


 

No sé si mi nación perecerá y tampoco sé cuál de mis personajes tiene razón. Invento historias, las pongo frente a frente, y por este procedimiento hago las preguntas. La estupidez de la gente procede de tener respuesta para todo. La sabiduría de una novela procede de tener una pregunta para todo. 


Cuando don Quijote sale al mundo, este se convierte en un misterio puesto ante sus ojos. Tal es el legado de toda la primera novela europea a toda la historia de la novela que vino después. El novelista enseña al lector a aprehender el mundo como pregunta. Hay sabiduría y tolerancia en esta actitud. 


Milan Kundera (En El oficio: Un escritor, sus colegas y sus obras de Philip Roth)

Cortometrajes de cinco segundos (X)

HOY:

Las no elegidas

Sinopsis: Dos mujeres de vida ejemplar no son elegidas por el poder supremo. La mujer del medio sí.



viernes

Cortometrajes de cinco segundos (IX)

HOY:

Esto no es una comedia romántica

Lucía no puede entrar en casa de su amante porque algo se lo impide.



jueves

Cortometrajes de cinco segundos (VIII)

HOY:

Dos amigas(I)

Las dos amigas alquilan un piso y trasladan sus pertenencias. No tardan en surgir las dudas.



miércoles

Barajar a ciegas

Por otra parte, ¿tan exasperante es vivir en época de balbuceo? ¿Tan urgente es salir de la siesta mecánica? Quizás solo estemos recuperando el habla. ¿Tan penoso es barajar a ciegas? 

El tiempo muerto es un buen lugar, un laboratorio en ebullición, un espacio perfecto para ir saludando el regreso de los poetas que están transformando la vida. Están entre nosotros. Los vi en el salón de Sehgal. Todo cambia en segundos.

Enrique Vila-Matas, Esas voces agoreras

martes

La única verdad



Solo sigo interesado en narraciones que construyan ficciones coherentes que transmitan vida y realidad y cuya única verdad sea la que se cree el lector.

Juan Marsé

lunes

Cortometrajes de cinco segundos (VII)

HOY:

Comedia urbana(II)

Sinopsis: En esta secuela veremos como el conocido hombre de negocios local que quería hacer feliz a la gente sin gastar dinero es invitado por la policía a abandonar su objetivo.

Cortometrajes de cinco segundos (VI)

HOY:

Comedia urbana

Sinopsis: Un conocido hombre de negocios local decide hacer feliz a la gente sin gastar dinero.



domingo

La nueva C

Este libro, cuyo éxito se me antojaba malo cuando lo escribía, tuvo una recepción de primacía sobre todos sus hermanos. Movíame a desconfianza por ser libro triste, sin interpolación de risas, sombrío y rematado por catástrofe propia para angustiar el ánimo de los lectores que se interesan por la buena suerte de unos personajes y por el castigo de otros. 


[...] Contribuye en gran parte a este favorable, aunque insostenible juicio, la rapidez de las peripecias, la derivación concisa del diálogo hacia los puntos esenciales del enredo, la ausencia de divagaciones filosóficas, la llaneza del lenguaje y naturalidad de las locuciones. Esto, en cuanto a mí, no puede ser un mérito absoluto. La novela que no se base en otros méritos más sólidos debe tener una fama muy poco duradera.


Camilo Castelo Branco, Amor de perdición (Prefacio a la segunda edición) 1863

Cortometraje de cinco segundos (V)

HOY:

El repartidor


Sinopsis: Un vendedor ambulante ofrece algo más que alimentos a sus clientes



sábado

Cortometraje de cinco segundos (IV)

HOY:

El ajedrez subterráneo

Sinopsis: En un tren suburbano varios pasajeros cambian su rumbo y con él su vida.


Historia de España VIII



Esta pintura, fechada hacia 1576, se considera una de las últimas versiones realizadas en Italia, a la vez que denota una gran influencia de la pintura veneciana. La Virgen, en el centro, en el reclinatorio, recibe atenta la visita de los arcángeles, figura ésta que recuerda por su impronta al Veronés. 


La luz y el color muestran la admiración del pintor por el cromatismo de las obras de Tiziano, mientras que en el estudio y el tratamiento de los ropajes está patente la huella de Tintoretto. Aquí, El Greco se vale de un escenario arquitectónico sencillo, que enmarca a los personajes con soltura, en un intento de dar veracidad a la escena.


Colección del Museo Thyssen


jueves

No dejar huellas

También el artista está cerca siempre del crimen perfecto, que es no decir nada. Pero se aparta de él, y su obra es la huella de esta imperfección criminal. 


Según Michaux, el artista es aquel que se resiste con todas sus fuerzas a la pulsión fundamental de no dejar huellas.


Jean Braudillar, El crimen perfecto

Historia de España VII

El origen del nombre de la Calle de Sombrerete del Barrio de Lavapiés tiene que ver con la rocambolesca historia, acaecida en 1594,  de Gabriel de Espinosa, más conocido como ‘El Pastelero de Madrigal’, suplantador de Sebastián I, Rey de Portugal, desaparecido en África tras una desastrosa derrota en la Batalla de Alcazaquivir. Le apoyaba en esa trama Doña María Ana de Austria, hija natural de Don Juan de Austria, y, por tanto, sobrina de Felipe II.


El urdidor de aquel absurdo plan fue Fray Miguel de los Santos, un agustino portugués que había sido confesor en la corte del Rey Don Sebastián, habiendo apoyado al Prior de Crato en sus intenciones de suceder al desaparecido rey luso. Por ello había sido desterrado de Portugal y enviado a Castilla, como vicario del convento de Nuestra Señora de Gracia el Real en Madrigal de las Altas Torres (Ávila),  por Felipe II, que al final hizo valer sus derechos y unió Portugal a sus múltiples reinos y posesiones.


Tras aquella absurda conjura y el proceso consiguiente, los tres principales implicados, acusados de ‘lesa majestad’, fueron condenados en 1595 a diferentes penas, todas terribles.
Gabriel de Espinosa,  ‘El pastelero de Madrigal’, fue ahorcado en la Plaza Mayor de Madrid y su cadaver decapitado y descuartizado. Sus despojos fueron expuestos al pueblo madrileño, en cada una de las cuatro puertas de la muralla, y su cabeza en la fachada del Ayuntamiento de Madrigal.
Doña María Ana de Austria fue encerrada en estricta clausura en el convento de Nuestra Señora de Gracia, en Ávila. Su suerte cambió con la muerte del rey en 1598, cuando Felipe III, su sucesor y primo de la monja, la perdonó, retornando al convento de Madrigal del que con el tiempo acabaría siendo priora. Finalmente, en 1611 sería nombrada Abadesa Perpetua de las Huelgas Reales de Burgos, la mayor dignidad eclesiástica que podía concederse a una mujer de aquella época.
Fray Miguel de los Santos fue primero degradado a la condición de laico con la imposición de un sombrero (los frailes no lo usaban) y ahorcado igualmente en la Plaza Mayor de Madrid. También fue decapitado y su cabeza también expuesta en Madrigal.


Y el sombrero o sombrerete de Fray Miguel de los Santos fue paseado por toda la Villa y Corte en la punta de un palo y arrojado a un estercolero que había en los corrales del escribano Antonio Cros Estrada, en el lugar que hoy ocupa la famosa ‘Corrala de Sombrerete’. Allí permaneció por mucho tiempo y de aquel ‘sombrerete’ tomó el nombre nuestra Calle de Sombrerete que durante algún tiempo se llamó Calle del Sombrerete del Ahorcado.




Cortometrajes de cinco segundos (III)

HOY:

El rayo verde

Sinopsis: Dos jovencitas se preguntan cómo se conoce el amor verdadero.




miércoles

Cortometrajes de cinco segundos (II)

HOY:

Mujer de pelo corto cuida del fuego de la tribu


Sinopsis: Una mujer de pelo corto se replantea su lugar en el mundo mientras cuida el fuego de la tribu.


martes

Cortometrajes de cinco segundos

HOY:

Los dados


Sinopsis: El protagonista buscó durante toda la tarde cafeterías sin aire acondicionado para forzar al azar.



lunes

Jugar

Ya los diarios me dan pena, como cuando dejé de ser niño y me empezó a dar pena jugar.


Héctor Abad Faciolince. Lo que fue presente

domingo

El cuarto izquierda

El adolescente tenía un sueño. Se trataba de un sueño incompetente, de un sueño pueril. Lou Read venía a Barbastro conduciendo un Cadillac descapotable. Como si fuera un superhéroe. Paraba su Cadillac delante de una casa, de un bloque de pisos, es decir, detenía su Cadillac en la calle Torreciudad número 3 de Barbastro y llamaba al timbre, al cuarto izquierda.


No existían los porteros automáticos.
Y el adolescente bajaba, se saludaban, se sentaba en su Cadillac, en un asiento de cuero, y recorrían Barbastro saludando a la gente.
Y luego se iban a Nueva York
.


Manuel Vilas, Lou Read era español

Acudir a los miserables



De la libertad que dio don Quijote a muchos desdichados que mal de su grado los llevaban donde no quisieran ir.
Cuenta Cide Hamete Benengeli, autor arábigo y manchego, en esta gravísima, altisonante, mínima, dulce e imaginada historia, que después que entre el famoso don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, su escudero, pasaron aquellas razones que en el fin del capítulo veinte y uno quedan referidas, que don Quijote alzó los ojos y vio que por el camino que llevaba venían hasta doce hombres a pie, ensartados como cuentas en una gran cadena de hierro por los cuellos, y todos con esposas a las manos; venían ansimismo con ellos dos hombres de a caballo y dos de a pie: los de a caballo, con escopetas de rueda, y los de a pie, con dardos y espadas; y que así como Sancho Panza los vido, dijo:

—Esta es cadena de galeotes, gente forzada del rey, que va a las galeras.

—¿Cómo gente forzada? —preguntó don Quijote—. ¿Es posible que el rey haga fuerza a ninguna gente?

—No digo eso —respondió Sancho—, sino que es gente que por sus delitos va condenada a servir al rey en las galeras de por fuerza.

—En resolución —replicó don Quijote—, como quiera que ello sea, esta gente, aunque los llevan, van de por fuerza, y no de su voluntad.

—Así es —dijo Sancho.

—Pues, desa manera —dijo su amo—, aquí encaja la ejecución de mi oficio: desfacer fuerzas y socorrer y acudir a los miserables.

Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, CAPÍTULO XXII

sábado

Retórica desenfada

Sabe que subrayó los cuentos de B pero no qué frases, y de todos modos, piensa, muy a menudo uno acaba olvidando por qué trazó una línea debajo de ciertas palabras o dibujó un signo de exclamación o escribió algo en el margen de la página. 


Esto piensa M mientras relee, en este volumen, las cuatro colecciones de relatos que ya había leído en unas ediciones que no tiene a mano. Lo que está subrayando ahora no pudo llamarle la atención entonces, piensa, porque lo que ahora le inquieta es la reiteración de una misma frase triste y ominosa. "Nunca más lo volvió a ver". "Ya no nos volvimos a ver". "Nunca más se volverán a ver"."Como si [...] nunca más se fueran a ver". 


M se pregunta por qué un autor con tanto recurso estilístico y estructural, con una retórica tan desenfadada y fresca, con la desbordante imaginación de B, repitió tantas veces esa frase.


Roberto Bolaño, Nunca más volvió a verlo

viernes

Ser parte del plan

Durante mi primera semana en Nueva York escribía por las mañanas y daba vueltas en metro por las tardes. No tenía un destino en mente, pero sé que, mientras el tren atravesaba rugiendo las entrañas de la ciudad, el corazón me palpitaba más deprisa, y mi libertad recién descubierta parecía casi imposible. Un billete costaba cincuenta centavos y, mientras no me dirigiera a la salida ni subiera las escaleras, podía ir cambiando de línea sin comprar otro. 

Me desplazaba tranquilamente entre el centro y las afueras en la IRT (...) Sentada o de pie en uno de los vagones, dando bandazos y sacudidas con los frenazos y los arranques, rendía homenajes a los grafitis omnipresentes, no por su belleza sino por su espíritu insurrecto (...) Disfrutaba con los trenes estrepitosos y con la voz del hombre cuyos anuncios se convertían en un ininteligible pero sonoro chirrido que se oía por el altavoz.(...) 


Yo quería ser parte del plan, quería ser todos.


Siri Hustvedt, Recuerdos del futuro

martes

El vestido amarillo


Yo tenía que pasear a un grupo de extranjeros por una colección privada. A eso me dedicaba y no era un mal trabajo, pero mientras esperaba a que llegaran mis clientes guarecida bajo el techo de un bar, un taxi pasó demasiado cerca del cordón y bañó mi vestidito amarillo. 


Tres autos más tarde amainó, tan de golpe como había empezado, y a través de las últimas gotas de lluvia, que caían suspendidas como una cortina de cuentas de cristal, llegó el taxi de mis clientes. Eran norteamericanos, una pareja de mediana edad, ella de blanco y él de negro, y vestían impecables y secos, como si el chófer acabara de retirarlos de la tintorería.


María Gaínza, El nervio óptico

lunes

En el tintero

Mas todo se ha quedado en el tintero:
nuestro común proyecto de alegría
y el concertado rumbo compañero.


Aníbal Núñez, Epitafio para la foto del baile


domingo

Estela de plata

El animal está a punto de desplomarse, la lengua a fuera, el cuello en una contracción exagerada, los ojos mirándonos con el mismo desamparo con que la liebre miraba al príncipe en El Gatopardo de Lampedusa:
"Don Fabrizio se vio contemplado por dos ojos negros invadidos por un velo glauco que lo miraban sin rencor pero con una expresión de doloroso asombro, un reproche dirigido contra el orden mismo de las cosas." 

Qué bien entendía Lampedusa cómo las cosas dan vueltas antes de irse, dejan su rastro de caracol, su estela de plata transparente y húmeda, y después se hunden en la memoria.

María Gaínza, El nervio óptico

Escribir algo

Supongo que siempre es así: uno escribe algo para contar otra cosa.


Maria Gaínza, El nervio óptico

Juegos internos

Del situacionismo me interesa principalmente el diseño de situaciones para observar los efectos que producen, el crear un dispositivo cotidiano que poner en marcha, sin contárselo a nadie, sin planificarlo más que contigo misma, para ver qué pasa. 

Recuerdo leer acerca de esto y pensar que llevaba toda la vida haciéndolo, y luego ver cómo ese provocar situaciones se convertía en un trabajo. Hay bastante de eso en mi siguiente libro, y también en mi vida, que en realidad son un poco lo mismo. Me gusta pensar que hay más gente a mi alrededor que está jugando a juegos internos, que está haciendo experimentos constantes.

sábado

La sociedad de los elfos

Los elfos son espíritus o duendes de los bosques; viven principalmente en el norte de Europa. 


Los elfos son como humanos en miniatura, pero más atractivos y con mejor figura. Sus mujeres son tan extremadamente bellas, que el hombre mortal que vea una pasará el resto de su vida buscando desesperadamente una mujer de belleza comparable. 


La sociedad de los elfos está organizada de manera tradicional, pero el carácter de cada comunidad de elfos es diferente según los países. Poseen gran sabiduría y el poder de ver el futuro; disfrutan con las fiestas y les gusta bailar hasta la madrugada; entonces se desvanecen instantáneamente, dejando solo sus pisadas en la hierba húmeda de rocío. 


Los humanos no deben acercarse nunca a los elfos cuando bailan a la luz de la luna; al contemplar la belleza de las mujeres quedarán tan hechizados que querrán unirse al baile y, cuando los elfos se desvanezcan al cantar el gallo, desaparecerán con ellos.

Palabras

Espero a que alguien me pregunte

qué vi, con quién

dónde estuve.


Nika Turbiná

La materia prima del músico

Cuando me hablan de quietud pienso en el misterio de cualquier calma antes de la tempestad y en Chet Baker de quien se decía que poseía el sentido del silencio, la materia prima del músico. "Se acercaba al micrófono, dejaba pasar cuatro, ocho compases, y desde el mismo momento en que atacaba la nota ésta alcanzaba toda su plenitud. (...) Conseguía una audición profunda del público porque daba toda la significación musical al silencio antes de empezar su solo de trompeta".


Enrique Vila-Matas, El gran fracasista. El País, 11/12/2012

miércoles

Camba y el cine

Las tragedias morales, las tragedias psicológicas van desapareciendo de la literatura americana, que acabará por desaparecer a su vez. 

En el cinematógrafo podrán observar ustedes que lo que más emociona a América es la escena siguiente: un señor, o una muchacha, con la bocina del teléfono en una mano y el revólver en la otra, conteniendo a unos bandoleros, los que levantan sus brazos, y llamando a la policía…

Julio Camba, Un año en el otro mundo