lunes

La vida pasa en otros sitios

La retórica profecía wagneriana, tras la cual era tan fácil adivinar la muerte, cedió su plaza, ante el ojo de la cámara, a la desnuda belleza del rostro adolescente. Donde primaba el acecho de lo trágico europeo, se ha impuesto un postulado impensable: es posible ser feliz; es necesario. De Berlín a Java y Bali, Schuh no sigue un recorrido espacial. Sí una conversión. Teológica. La vida pasa en otros sitios. Donde la belleza. En el cuerpo desnudo de las muchachas, como en la igual de desnuda mirada de los viejos.

Gabriel Albiac, De lo bello y lo triste, ABC Cultural, nº 1029 (Sobre Gotthard Schuh)

domingo

Antes de perder la conciencia

Ya en la cama, decidí que al día siguiente me levantaría con la fantasía de que me faltaba el brazo izquierdo, a ver qué tal se me daba la cosa. Nos dormimos con la radio puesta y antes de perder la conciencia oí que en la plaza de Castilla se había abierto un socavón por el que se habían colado cuatro coches y llovía y llovía.


J.J. Millás, Y llovía y llovía

jueves

Resignación


En realidad, últimamente, dicen, Madrid se está llenando de fantasmas.
Sería, quizás, cuestión de protegerlos.
Al fin y al cabo, como es sabido, el hombre inventó al fantasma para contarse la historia del lamento que perdura. Quiso que una presencia en la sombra le hablara del sentimiento contrario a la resignación.

domingo

Rosalía

Por fin los Premios Goya dejan algo en nuestra vida.





Peligro

En la ignorancia de los pueblos está el dominio de los príncipes, el estudio que les advierte les amotina. (...) Príncipes, temed al que no tiene otra cosa que hacer sino imaginar y escribir.
Francisco de Quevedo

sábado

La comedia universal

Me considero un canalla y no tengo el menor respeto por mi persona. Soy un individuo que ha profundizado en su propia conciencia, ¿y quién que ahonde en los pliegues de su conciencia puede respetarse?


[…] Detesto esa universal comedia de los sentimientos honorables. Sistema de convenciones que se manifiesta, cuándo no, en el lenguaje supremo falsificador de la Verdad con V mayúscula. 

Convenciones que al sustantivo "viejito" inevitablemente anteponen el adjetivo "pobre"; como si todos no supiéramos que un sinvergüenza que envejece no por eso deja de ser sinvergüenza, sino que por el contrario, agudiza sus malos sentimientos con el egoísmo y el rencor que adquiere o incrementa con las canas.


Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas, pp. 296-297.