lunes

Actos valientes

Quizás nuestros único actos valientes y fecundos han sido las palabras tiernas que alguna vez pronunciamos, algún gesto de arrojo que tuvimos, una caricia distraída, las horas empleadas en leer o escribir un libro. Y nada más.

Julio Ramón Ribeyro, Prosas apátridas

jueves

Eterna Navidad


Desde que murió padre, que era el que ponía el sentido común, esta casa ha caído en el caos. Nuestro desorden es tan grande que, a menudo, confundimos la noche con el día, la izquierda con la derecha, los días de trabajo con las fiestas de guardar.
Nuestro calendario sigue inmóvil en la pared de la cocina, marcando el día en el que murió padre y, como era el único que sabía pasar las hojas, los días van cayendo sin orden, lo mismo hacia adelante que hacia atrás o quedándose quietos, congelados en lunes perpetuos o, lo que es peor, en domingos interminables como la eternidad de los agnósticos.
Con las fiestas religiosas pasa igual, en casa siempre hemos celebrado las tradiciones, pero desde que se fue papá, lo hacemos de forma espontánea, cuando creemos que ha llegado el momento. Por ejemplo, si madre dice Creo que por ahora es San Juan o Me parece que este martes son Los Santos, entonces amontonamos muebles viejos y encendemos una hoguera en medio del patio, o compramos huesos de santo y freímos roscas de anís, y después vamos a comerlas al cementerio, junto a la tumba de padre.
Pero esta mañana el primo Eduardo ha llegado diciendo que por la situación de la Osa Mayor, cree que es Nochebuena. Todos nos hemos alegrado y enternecido mucho recordando cómo le gustaba a padre celebrar estas fiestas con toda la familia, y madre nos ha mandado a Eduardo, que es el único que tiene coche, y a mí ir hasta el cementerio y traer a papá.  
No pueden imaginar la cena tan estupenda que hemos tenido, madre estuvo toda la tarde en la cocina, mi hermana Margarita trajo a su último novio y el abuelo tocó la botella de anís mientras cantábamos villancicos. Pobre papá, cuando acabó la noche a todos nos ha dado mucha pena y hemos decidido que no vuelva a la tumba. Lo hemos dejado en su silla, delante de su plato que estaba lleno de tierra.
Si todo va bien puede que padre nos ayude con las hojas del calendario y así no volveremos a tener una Navidad con estas temperaturas, porque aunque el primo Eduardo dice que para una celebración familiar el calor es lo mejor que hay, la verdad es que la carne se pudre enseguida y Margarita dice que está un poco harta de salir a ligar cada vez que hay algo que celebrar.

domingo

jueves

Piedra

La vida sigue, es imposible saber cómo habría sido si hubiéramos abierto otras.


Inés Garland, Piedra, papel o tijera













miércoles

Cómo ser perfecto


Duerme.

No des consejos.

Cuida tus dientes y encías.

No tengas miedo a nada que esté fuera de tu control. No tengas miedo, por

ejemplo, de que el edificio se caiga mientras duermes, o de que alguien a quien

amas muera súbitamente.

Come una naranja todas las mañanas.

Sé amable. Te hará feliz.

Eleva tus latidos a 120 pulsaciones por minuto durante 20 minutos

cuatro o cinco veces por semana haciendo cualquier cosa que te guste.

Desea todo. No esperes nada.

En primer lugar, cuida las cosas que están cerca de tu casa. Ordena tu cuarto

antes de salvar al mundo. Luego salva al mundo.

Ten en cuenta que el deseo de ser perfecto es quizás la expresión encubierta

de otro deseo –ser amado, tal vez, o no morir.

Haz contacto visual con un árbol.

Sé escéptico a toda opinión, pero trata de encontrar algún valor en cada

una de ellas.

Viste del modo que te guste tanto a ti como a quienes te rodean.

No hables rápido.

Aprende algo cada día. (Dzien dobre!)

Sé amable con las personas antes de que tengan la ocasión de portarse mal.

No te enojes por más de una semana, pero no olvides aquello que te hizo enojar. Mantén tu ira al alcance de la mano y obsérvala, como si fuera una bola de cristal. Luego agrégala a tu colección de bolas de cristal.

Sé fiel.

Usa zapatos cómodos.

Planifica tus actividades para que reflejen un equilibrio grato

y variedad.

Sé amable con los mayores, incluso aunque sean odiosos. Cuando llegues a

viejo, sé amable con los jóvenes. No les tires tu bastón cuando te llamen abuelo. ¡Son tus nietos!

Vive con un animal.

No pases demasiado tiempo con grandes grupos de personas.

Si necesitas ayuda, pídela.

Cultiva una buena postura hasta que se vuelva natural.

Si alguien asesina a tu hijo, consigue un arma y vuélale la cabeza.

Planifica tu día para que nunca debas correr.

Muestra tu aprecio a las personas que hacen algo por ti, incluso aunque les

hayas pagado, incluso aunque te hagan favores que no pediste.

No malgastes el dinero que podrías dar a aquellos que lo necesitan.

Espera que la sociedad sea defectuosa. Luego llora cuando te des cuenta de que es mucho más defectuosa de lo que creías.

Cuando pidas algo prestado, devuélvelo en mejores condiciones.

Utiliza objetos de madera en lugar de objetos plásticos o metal, tanto como sea posible.

Mira el pájaro que está allí.

Luego de la cena, lava los platos.

Cálmate.

Visita países extranjeros, excepto aquellos cuyos habitantes hayan

expresado su deseo de matarte.

No esperes que tus hijos te amen, pueden, si quieren.

Medita acerca de lo espiritual. Luego ve un poco más allá, si tienes ganas.

¿Qué hay allá afuera?

Canta, cada tanto.

Sé puntual, pero si llegas tarde no des una larga y detallada

excusa.

No seas demasiado auto-crítico ni demasiado auto-complaciente.

No pienses que el progreso existe. No es así.

Sube las escaleras.

Imagina qué querrías que ocurra, y luego no hagas

nada que lo convierta en algo imposible.

Desconecta tu teléfono al menos dos veces por semana.

Mantén limpias tus ventanas.

Extirpa cualquier indicio de ambición personal.

No uses la palabra extirpar muy a menudo.

Perdona a tu país de vez en cuando. Si eso no fuera posible, vete

a otro país.

Si estás cansado, descansa.

Siembra algo.

No deambules por las estaciones de trenes murmurando: “¡Todos vamos a

morir!”

Cuenta entre tus verdaderos amigos a gente de diferentes momentos de tu vida.

Disfruta de los pequeños placeres, como el placer de masticar, el placer del agua caliente corriendo por tu espalda, el placer de una brisa fresca, el placer de quedarse dormido.

No exclames: “¡No es maravillosa la tecnología!”.

Aprende a estirar tus músculos. Estíralos todos los días.

No te deprimas por envejecer. Te hará sentir más viejo. Lo cual es deprimente.

Haz una cosa a la vez.

Si te quemas un dedo, ponlo en agua fría de inmediato. Si te martillas

el dedo, sostén tu mano en el aire durante veinte minutos.

Los poderes curativos del frío y de la gravedad te sorprenderán.

Aprende a silbar a un volumen ensordecedor.

Mantén la calma en una crisis. Cuanto más crítica la situación, más tranquilo debes permanecer.

Disfruta del sexo, pero no te obsesiones con él. Con excepción de breves períodos durante tu adolescencia, juventud, mediana edad y vejez.

Contempla todo opuesto.

Si te asalta el temor de que has nadado muy mar adentro, da la vuelta y regresa al bote salvavidas.

Mantén tu niño vivo.

Responde tus cartas sin demora. Utiliza estampillas atrayentes, como la que tienen un tornado.

Llora de vez en cuando, pero nada más cuando estés solo. Luego agradece

cuánto mejor te sientes. No te avergüences por sentirte mejor.

No aspires humo.

Respira hondo.

No seas impertinente con la policía.

No te bajes de la acera hasta que hayas recorrido toda la calle. Desde la acera puedes estudiar a los peatones que están atrapados en el medio del enloquecido y ruidoso tráfico.

Sé bueno.

Recorre diferentes calles.

Hacia atrás.

Recuerda la belleza, que existe, y la verdad, que no. Mira que la

idea de verdad es tan poderosa como la idea de belleza.

Permanece fuera de la cárcel.

En la madurez, conviértete en místico.

Usa la nueva fórmula con control del sarro del dentífrico Colgate.

Visita a amigos y conocidos en el hospital. Cuando sientas que es

tiempo de retirarte, hazlo.

Sé honesto contigo, diplomático con los demás.

No te vuelvas loco. Es una pérdida de tiempo.

Lee y relee grandes libros.

Cava un pozo con una pala.

En invierno, antes de ir a dormir, humidifica el cuarto.

Comprende que las únicas cosas perfectas son una puntuación de 300 en un partido de bowling y un partido de béisbol con 27 bateos, 27 outs.

Bebe mucha agua. Cuando te pregunten qué quieres beber,

di: “Agua, por favor”.

Pregunta: “¿Dónde está el baño?”, pero no: “¿Dónde puedo orinar?”

Sé amable con los objetos.

Comenzando a partir de los cuarenta, realiza un chequeo médico cada tanto

con un médico de confianza que te haga sentir a gusto.

No leas el periódico más de una vez al año.

Aprende a decir “hola”, “gracias”, y “palitos chinos” en mandarín.

Eructa y tírate pedos, pero en silencio.

Sé especialmente amable con los extranjeros.

Ve teatro de sombras e imagina que eres uno de los

personajes. O todos ellos.

Saca la basura.

Ama la vida.

Da el cambio exacto.

RON PADGETT

martes

Esto que lees es real

Leo buscando en la ficción un diálogo crítico y vehemente con el mundo, una posibilidad de la palabra escrita en que se cuestionen las raíces de lo real.


Geney Beltrán Félix

lunes

El tiempo de los intentos

Composición de A. Palacios

La paradoja del cerebro de Boltemann dio lugar a una interesante discusión sobre los fenómenos extremadamente improbables, en el curso de la cual alguien trajo a colación la consabida historia del mono que tecleando al azar en una máquina de escribir durante el tiempo suficiente acabaría escribiendo las obras completas de Shakespeare. Solo que ese tiempo sería inconcebiblemente largo, tanto que en comparación la edad de nuestro universo parecería un instante fugaz. 

Pero si en vez de un solo mono tuviéramos muchos y nos planteáramos un objetivo más modesto...

Carlo Fabretti, Los monos de Benarés, El País, 18-11-2016

domingo

Buscando una explicación

Navaja de Ockham

Principio metodológico y filosófico atribuido al fraile franciscano, filósofo y lógico escolástico Guillermo de Ockham, según el cual "En igualdad de condiciones la explicación más sencilla suele ser la más probable".


sábado

Ordesa


Ojalá pudiera medirse el dolor humano con números claros y no con palabras inciertas. Ojalá hubiera una forma de saber cuánto hemos sufrido, y que el dolor tuviera materia y medición. 

Todo hombre acaba un día u otro enfrentándose a la ingravidez de su paso por el mundo. Hay seres humanos que pueden soportarlo, yo nunca lo soportaré. Nunca lo soportaré. 

Miraba la ciudad de Madrid y la irrealidad de sus calles y de sus casas y de sus seres humanos me llagaba por todo el cuerpo. He sido un eccehomo. No entendí la vida. Las conversaciones con otros seres humanos se volvieron aburridas, lentas, dañinas. Me dolía hablar con los demás: veía la inutilidad de todas las conversaciones humanas que han sido y serán. Veía el olvido de las conversaciones cuando estaban presentes.

Manuel Vilas, Ordesa


viernes

Vuelta a empezar


Gustaaf Deloor, el belga que se alzó con la victoria en las dos primeras ediciones de la Vuelta a España (1935 y 1936), tuvo una vida llena de retos aún mayores que la gesta ciclista: tras ser capturado por los nazis y salir de un campo de concentración, trabajó como mecánico en la fabricación de los motores que llevaron al Apolo 11 hasta la Luna.


Álvaro Hernández, eldiario.es

martes

Edificio España


'Era un lugar muy laberíntico y me perdí bastante al principio. Después me acerqué más a los trabajadores que estaban vaciándolo y encontré algo determinante: un retrato multicultural de la España de 2007 y 2008, con multitud de inmigrantes atraídos por la industria del ladrillo', apunta. 


Y añade que 'los trabajadores forman parte de ese grupo que ha sufrido las consecuencias de la crisis. Muchos se han tenido que ir a sus países y los que eran españoles se han ido a la cola del paro.


Víctor Moreno, director de Edificio España (2014)


sábado

Teatro-ojo

"El telón desciende durante siete días para significar el paso de una semana."


Acotación teatral de Ring Larder 






Cuento de Ring Larder

Acelerar el corazón

Y nos fuimos a comer un bocadillo de calamares en un bar que está cerca del Museo Reina Sofía. Veía las rabas de calamar colgar de los labios de Joan, y sus dedos pelirrojos se llenaban de aceite de fritanga, y me sentía con ganas de besarla, pero no lo hice, para qué hacerlo, mejor verla comer los calamares, era más hermoso. 


Joan quería ver el Reina Sofía, pero le dije que los museos son obras de arte que hablan de la muerte, y para qué ver eso teniendo delante la vida de Madrid. Ya me estaba volviendo a enamorar. Que no hubiera nadie en Madrid, salvo los guiris, me aceleraba el corazón. Las inmensas avenidas, los semáforos en lo alto, como mástiles que ordenan nuestra vida.

Manuel Vilas, Madrid, El País, 13/08/2018  

domingo

Escalones como mariposas


Me emborraché de éxito; comencé a escribir pequeños poemas existencialistas, números para que los usaran de talismán durante la semana, invitaciones a la desidia, frases en lenguas muertas y algunos mensajes los dejé conscientemente en blanco...

A. Palacios, Mariposas chinas

Riverside

Una tarde, cuando estaba sentado en un banco del parque de Riverside mirando hacia el agua, vi estallar un depósito de petróleo en la otra orilla.

Las llamas llenaron el cielo de pronto, y mientras miraba los pedazos de material ardiendo que flotaban en el Hudson y venían a parar a mis pies, se  me ocurrió que no se podía separar lo interior de lo exterior sin causar grandes daños a la verdad.

Pau Auster, El Palacio de la Luna

martes

Marx lo explica todo

Un negocio ilegal es siempre más rentable que uno legal; son las plusvalías del riesgo.


Gregorio Morán

viernes

Just a perfect day



Just a perfect day;
drink sangria in the park.
then later when it gets dark
we'll go home.
Just a perfect day;
feed animals in the zoo.
then later a movie too,
and then home.

LOU REED


En Lou Reed se podía confiar, porque siempre se la jugaba por todos nosotros. Cada álbum nuevo traía un nuevo riesgo, tierra ganada al mar. Hay gente que se muere y no pasa nada. Con la muerte de Lou Reed yo noté el empeoramiento real del mundo. También en estos cinco años he notado el envejecimiento de su memoria. La iconografía de Lou Reed envejece. Sus videos de los años setenta, colgados en Internet, se están volviendo amarillos.
Pensé que si alguien no podía volverse amarillo en nuestros recuerdos ese iba a ser Lou Reed. Cada cierto tiempo aparecen nuevas fotos. El catálogo iconográfico es interminable. Hace poco vi una foto suya desconocida: era un Lou Reed de niño, en la playa, con su padre y con su madre, era una instantánea de 1947. El periodista Ignacio Juliá, que fue su amigo, me reveló algo que me parece fascinante: cuando Lou murió su madre aún vivía. Su madre murió pocos días después. No sé por qué, imagino que por mi tendencia a mezclarlo todo con mi propio país, pensé en Antonio Machado y en su madre, en esa pensión de Colliure en donde agonizaron juntos en 1939.


Manuel Vilas, Cinco años sin Lou Reed, El País, 26/10/2018

sábado

Puertas de atrás, escaleras de servicio y trastiendas

“Aquí no hay nadie, aquí solo estamos Mariano y yo y Mariano ahora no está”. La frase parece sacada de un diálogo de adúlteros, que siempre andan buscando, pobres, un agujero en el que aprovechar la hora en la que el niño hace natación. O kárate. Por eso se conocen todas las puertas de atrás, todas las escaleras de servicio, todas las trastiendas. En su afán por ocultarse, cometen a veces errores garrafales, como el de citarse en el centro mismo de sus intereses. En Génova 13, por ejemplo. Algunos lo hacen en la cama de matrimonio, aprovechando que su pareja se encuentra en el hospital, acompañando a un familiar agonizante. Cuando bordean el peligro de este modo, es porque inconscientemente desean ser sorprendidos para pagar la culpa que les corroe y acabar con esa clandestinidad que tanto placer, pero también tanto dolor les proporciona.


Juan José Millás, Cloacas, El País, 2/11/2018

viernes

Tres veces al mes en la Calle del Pez la lluvia me cae al revés

La calle del Pez es una calle histórica e históricamente maltratada, una calle que fue símbolo de la resistencia de los pequeños y aguerridos comerciantes del centro cuando los grandes almacenes de la Gran Vía y los supermercados amenazaron su subsistencia. A la calle del Pez la han desahuciado muchas veces y la han dado por muerta otras tantas, la calle del Pez ha estado más veces que ninguna otra destripada, con sus entrañas al viento a causa de interminables y misteriosísimas obras que parecían tener como única finalidad hacer que cerrasen sus puertas los últimos mohicanos de las tiendas de ultramarinos y coloniales, sastrerías a la medida, papelerías o zapaterías.

Montxo Alpuente, Tribuna de bar en bar, La esquina del Palentino








jueves

Estación de Moncloa

Los prismas de las casas no serán definidos por un sol que se recorte en las aristas, repartiendo las caras de la sombra y las caras de la luz, sino por el viento, que hace gemir esquinas y cumbreras, igual que el arco del violín las cuerdas.


Rafael Sánchez Ferlosio


Toda esa música de violín que suena entre la gente que camina con movimientos de hormiguero por las estaciones. Esos silencios llenos de destinos alterados a cada paso.





lunes

Dónde irán

Viajas en metro y en tren (...) a mí eso me encanta. 

Ves a gente rara, gente que va al médico, que sale, que va a comprar o a ver a sus abuelos, y tú vas enfrente, sentado, adivinado sus vidas o dónde irán. 

Vireta

sábado

La inauguración permanente de la Historia

(Aviso para el público) En el guiñol no hay Dios, pero sí que están la muerte y el diablo. Así es también en aquellas antiguas aleluyas ilustradas de El mundo al revés: la penúltima es la de la muerte: el hombre tiene la guadaña y la esgrime contra un esqueleto, que dice “Llegó mi hora”; y la última del diablo: el hombre se lo echa al hombro y sale corriendo, y el diablo dice: “¿Adónde me llevas, pícaro?”


Rafael Sánchez Ferlosio, Pecios. ¿Pero ha habido alguna vez "tiempos felices"?




viernes

Visión realista

(...) me siento atraído hacia la fotografía por algún deseo irracional de crear una imagen de un mundo perfecto. Me esfuerzo por crear esa perfección con un detalle obsesivo, una especie de extraña visión realista. Cuando surge el misterio de la fotografía, mi necesidad irracional de crear un mundo perfecto tropieza con una especie de fracaso. Esta colisión entre fracaso e impulso irresistible de hacer algo perfecto produce una ansiedad que me interesa.


Gregory Crewdson (Entrevista de Bradford Morrow)



miércoles

Novela gráfica

Un observador anónimo  nos ha hecho llegar esta secuencia. 
No sabemos muy bien de qué se trata, nuestro confidente asegura que ha sido un secuestro a plena luz del día en medio de una glorieta de un populoso barrio de Madrid.  
A nosotros nos parece que todo está preparado, que el secuestrador no sabe a quién ni por qué está secuestrando, que el conductor de la furgoneta es un actor y la víctima un escritor con ganas de jugar al thriller de los noventa.  
Un compañero recién llegado sostiene que todo es parte de una fotonovela en la que pronto aparecerá una femme fatal a poner orden y a darle interés a una trama sin ninguna sustancia.  

 




Si alguien tiene algún dato que aporte algo de luz puede ponerse en contacto con nosotros.


viernes

Teoría del desequilibrio (I)

entusiasmo

Del lat. mod. enthusiasmus, y este del gr. ἐνθουσιασμός enthousiasmós; propiamente 'inspiración o posesión divina'.


RAE.ES

viernes

Mantener la mirada

En el escaparate de la panadería hay siempre un anuncio de desaparecida que te mira desde una fotografía mala, a veces de fotomatón, y uno baja los ojos porque resulta muy difícil mantener la mirada a una desaparecida adolescente.


J.J. Millás, El desaparecido

sábado

Eterno presente

(Telón de fondo) El tiempo de los sueños carece de futuro; es como el cielo de los decorados de teatro: un eterno presente prodigioso pero a la vez infinitamente melancólico porque adivina, que sería el cielo de la felicidad si no fuese pintado.


Rafael Sánchez Ferlosio

Peatones


jueves

Mis dibujos

La gente me suele preguntar ¿Cuándo empezaste a dibujar? Y a mí me apetece contestar ¿Y tú, cuándo dejaste de hacerlo? ...porque todos hemos dibujado en algún momento.

David Peña 'Puñal'

miércoles

La mediocridad

 

Hay dos tipos de personas, los seguidores de mitos y los que crean sus propios mitos. Dice Terry Eagleton que el hombre tiende a obedecer. Neddy Merrill, el protagonista de “El Nadador” (“The Swimmer” en el original inglés), también disfruta del chalet, la familia, los amigos y las piscinas, sólo que tiene una personalidad más marcada, es un vitalista, quiere dar sentido a su tarde de domingo, es exigente con su vida, no se resigna a la mediocridad de estar haciendo lo que todos. 


Luego veremos que es un romántico, un iluso y quizás también, la religión ha hecho más mella en él que en los otros porque es un hombre de fina sensibilidad y necesita dar valor a su vida con una gesta que le ennoblezca. Es un señor, un hombre honorable, amable. No es un mediocre.


EL NADADOR (The swimmer, John Cheever)

deconatus.com

domingo

Perder la conciencia




Ya en la cama, decidí que al día siguiente me levantaría con la fantasía de que me faltaba el brazo izquierdo, a ver qué tal se me daba la cosa. Nos dormimos con la radio puesta y antes de perder la conciencia oí que en la plaza de Castilla se había abierto un socavón por el que se habían colado cuatro coches y llovia y llovía.


J.J. Millás, Y llovía y llovía

El tiempo nos ajusta

De pronto, le asaltó una cotidianidad por la espalda.


Eliana Dukelsky

sábado

Analogías

Digo la tara, y no me entiende nadie; digo la tara y la rejama, y ya me entienden muchos; digo por fin la tara y la rejama, el romero y el tomillo y veo que me entienden todos. 

El injusto poder de convicción de los sistemas viene del hecho —por lo demás epistemológicamente necesario—  de que el cerebro humano sea tan inercialmente, tan formalísticamente, analógico y combinatorio.


Rafael Sánchez Ferlosio, Vendrán más años malos y nos harán más ciegos

viernes

Fragmento

Cuando no sé de dónde vienen ni adónde van, ¿cómo pretender que estos fragmentos sean de mi propiedad?


Jordi Doce

miércoles

Volando de nuevo

En el aire hay tres tipos de pasajeros: los que desconfían de las máquinas, los que desconfían de los seres humanos y los que desconfían de la metafísica.


Erika Martínez

El deseo de repetir

El tiempo humano no da vueltas en redondo, sino que sigue una trayectoria recta. Ese es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir.


Milan Kundera, La insoportable levedad del ser

martes

Subida al cielo (I)


Subida al cielo me gusta mucho. Me gustan los momentos en que no pasa nada; por ejemplo, cuando un hombre dice: "Deme una cerilla". Este género de cosas me interesan mucho.


Luis Buñuel


domingo

Lo fantástico al final de cada parada

Hacía buena noche y volvimos dando un paseo hasta la parada de Tribunal donde cogimos el metro. Cuando salimos a la superficie olía mucho a humedad, pero no cayó ni una gota. Caminamos de forma cansina como si fuéramos dos adolescentes que no quieren llegar a casa.


A. Palacios, El paraguas rojo

jueves

Asfalto

En estos momentos hay gente en la playa, en un bar, en un museo, en un avión.

También hay gente cruzando el Estrecho en un cayuco o esperando tras la valla de Melilla.

En estos momentos hay gente en los hospitales.

Mientras este trabajador asfalta las calles, el verano va pasando.