martes

Soñar que termina un año

Sueña el rey que es rey, y vive

con este engaño mandando,

disponiendo y gobernando;

y este aplauso, que recibe

prestado, en el viento escribe,

y en cenizas le convierte

la muerte, ¡desdicha fuerte!

¿Que hay quien intente reinar,

viendo que ha de despertar

en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,

que más cuidados le ofrece;

sueña el pobre que padece

su miseria y su pobreza;

sueña el que a medrar empieza,

sueña el que afana y pretende,

sueña el que agravia y ofende,

y en el mundo, en conclusión,

todos sueñan lo que son,

aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí

destas prisiones cargado,

y soñé que en otro estado

más lisonjero me vi.

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño:

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.


Pedro Calderón de la Barca, La vida es sueño (Acto II, escena 19)

Hormiguitas aplastadas

Están las 47 estructuras irrepetibles de copos, la autoparodia y la densidad de varias biografías que giran alrededor de un personaje, un niño excluido que se protege tras un superpoder imaginario. Hay humor, sofocos, tedio, sueños y melancolía, que se despliegan en 360 páginas de colores vivos repletas de recovecos narrativos, callejones sin salida y caminos secundarios. Ware no ha nacido para fomentar la comodidad de sus lectores: puede ofrecer dos historias en paralelo en la misma página, expresar sentimientos con formas geométricas o incluir 176 viñetas en el comprimido espacio que marcan 16x32 centímetros.

 “Trato de producir, con imágenes y palabras en una página, la intensidad más compleja del sentimiento humano que pueda, así como crear la sensación de vida más abrumadora e inmersiva posible”.

(...) lo que convierte sus libros en palabras mayores es su ambición clásica, su afán por desmenuzar una biografía desde lo insignificante a lo trascendental, de la hormiguita aplastada por un niño a la obsesión por el sexo, del cupcake (magdalena) a la discriminación racial. 

Artículo sobre Chris Ware en El País, 29-12-2019


viernes

El ruido y la furia


Chica encontrada en el Metro de Madrid con
'El ruido y la furia' en la mochila

La primera parte de El ruido y la furia es como una prueba de fuego. Si consigues leer eso y no arrojar la novela por la ventana con gesto de cólera infinita, pasas la prueba. 


Esta vez me he saltado la prueba de fuego, porque a mi edad ya no estoy para pruebas, y me he ido a la segunda parte, que me gusta más. Puedes hacer eso con las joyas de la literatura universal. Ellos, los escritores, no lo notan, porque están muertos.


Manuel Vilas


domingo

Hechos y posibilidades

Voy a contar lo que me ha pasado y lo que no me ha pasado. 


La posibilidad de que no me haya pasado nada es la que más me estremece.


Marta Sanz, Clavícula

sábado

Los feroces momentos corrientes


Nada distingue los recuerdos de los momentos corrientes: no se descubren hasta más tarde por sus cicatrices.


Chris Marker, La Jetée (1962)


Además del relativo hermetismo de sus trabajos, el desconocimiento acerca de la figura de Marker fue alimentado por él mismo; se negó casi sistemáticamente a conceder entrevistas, y se divertía ofreciendo versiones contradictorias acerca de los eventos de su vida y juventud. Como anécdota, cada vez que alguien le solicitaba una fotografía suya para ilustrar un reportaje, un libro o una entrevista, Marker enviaba, cuando lo hacía, una foto de su gato preferido.

viernes

Historia verídica

En el segundo siglo de nuestra era, Luciano de Samosata compuso una Historia verídica, que encierra, entre otras maravillas, una descripción de los selenitas, que (según el verídico historiador) hilan y cardan los metales y el vidrio, se quitan y se ponen los ojos, beben zumo de aire o aire exprimido; a principios del siglo XVI, Ludovico Ariosto imaginó que un paladín descubre en la Luna todo lo que se pierde en la Tierra, las lágrimas y suspiros de los amantes, el tiempo malgastado en el juego, los proyectos inútiles y los no saciados anhelos.


Jorge Luis Borges, Prólogo a Crónicas Marcianas de Ray Bradbury

jueves

Bucles


A mitad de camino entre la inquebrantable inmensidad cósmica del espacio-tiempo y el incierto y misterioso titilar de los cuantos, los seres humanos, más semejantes a un arco iris o a un espejismo que a una gota de lluvia o una roca, somos impredecibles poemas que se escriben a sí mismos. 


Douglas Hofstadter, Yo soy un extraño bucle

Las filas del miedo

Si queréis conservar el pan y la esperanza, destruid vuestras papeletas, haced pedazos los vidrios de las oficinas, abandonad las filas del miedo.

Albert Camus, Estado de sitio

domingo

Tratando de hacer

Para mí todo está en grado de tentativa, todo lo estoy tratando de hacer.


Francisco Hernández

sábado

Y te da té, y naranjas de la China


Suzanne te lleva a su escondite, al lado del río/
Puedes
oír las barcas pasar de largo/Puedes pasarte toda la noche a su lado/Y sabes que está medio loca/pero ese es el motivo por el cual estás allí/Y te da té, y naranjas de la China/Y cuando tratas de decirle/que no tienes amor para ofrecerle/te coge y te mece en sus brazos/dejando que sea el río el que conteste/que siempre has sido su amante/Y quieres viajar con ella/Quieres viajar a ciegas/Y sabes que confiará en ti/por haber tocado su cuerpo perfecto con tu mente


Leonard Cohen, Suzanne

Narración

La muerte es un arranque demasiado socorrido en casi cualquier narración.


David Aceituno, Augurio

viernes

Agujeros negros

Hay hombres que a los 50 años dan la vuelta a una esquina y se encuentran con la calle en la que fueron jóvenes. La vida, como el espacio sideral, está llena de agujeros negros por los que, si te cuelas, llegas en cuestión de segundos a las zonas más alejadas de tu biografía. Los agujeros negros de la vejez, por ejemplo, se comunican con los de la infancia, mientras que por los de la madurez se llega a la juventud.


Juan José Millás, Volver

La retirada

Tras su muerte, dejó esposa, hijos, nietos, ninguna aventura fuera del matrimonio, ninguna carta de amor. A lo que con más intensidad dedicó Herman Melville su vida fue a viajar, huir, escribir, escribir y escribir, incluso durante el último periodo, conocido como la retirada de Melville (Melville’s withdrawal).

Enrique Vila-Matas

miércoles

Interrumpir

En Wakefield, cuento inolvidable de Nathaniel Hawthorne, hallamos una de las interrupciones más emblemáticas, por excelencia. (...) es aquel marido que se despide de su mujer por unos días y no es visto por nadie en 20 años. En el centro de Londres se desvincula del mundo. Se instala en secreto en una casa del barrio y espía a su esposa en su viudez. 


Un día, pasados ya 20 años, llueve. Le parece ridículo mojarse cuando ahí tiene su casa, su hogar. Sube pesadamente la escalera y abre la puerta. Saluda a su mujer como si no hubiera existido interrupción alguna en sus vidas.


Enrique Vila-Matas, El País, Ideas para interrumpir

sábado

Sonámbulos

Relato, por si no lo conocen, el episodio. Este pintor tenía la obsesión de la ceguera y en varios cuadros pintó retratos de hombres con un ojo pinchado o saltado. E incluso un autorretrato en que uno de sus ojos aparecía vaciado. Ahora bien: un poco antes de la guerra, en una orgía en el taller de uno de los pintores del grupo surrealista, Domínguez, borracho, arroja un vaso contra alguien; éste se aparta y el vaso arranca un ojo de Víctor Brauner.

Vean ustedes ahora si se puede hablar de casualidad, si la casualidad tiene el menor sentido entre los seres humanos. Los hombres, por el contrario, se mueven como sonámbulos hacia fines que muchas veces intuyen oscuramente, pero a los que son atraídos como la mariposa hacia la llama. Así Brauner fue hacia el vaso de Domínguez y su ceguera; y así yo fui hacia Domínguez en 1953, sin saber que nuevamente iba en demanda de mi destino. De todas las personas que yo hubiera podido ver en aquel verano de 1953, solo se me ocurrió acudir al hombre que en cierto modo estaba al servicio de la Secta, Lo demás es obvio: el cuadro que llamó mi atención y mi miedo, la ciega modelo (modelo para esa única ocasión), la farsa de aquella cohabitación con Domínguez, mi estúpida vigilancia desde el observatorio, mi contacto con la ciega, la comedia del paralítico, etcétera.

Ernesto Sabato, Sobre héroes y tumbas

viernes

En un sótano de Buenos Aires

"¡Qué inmenso y pintoresco idiota soy!" Un hombre grande, una persona que ha leído a Hegel y ha participado en el asalto a un banco, ahora estaba en un sótano de Buenos Aires, a las cuatro y media de la madrugada, frente a una puertita donde suponía que habitaba una seudomodista al servicio de una logia secreta.


Ernesto Sabato, Sobre héroes y tumbas

domingo

Largarse una temporada a Trieste

(...) un querido amigo decidió anteayer largarse una temporada a Trieste; es de los que piensan que, aunque sea sólo por unos días, hay que intentar dejarlo todo atrás.


sábado

Años de espera

Mientras subía la escalera, estos pensamientos me llenaban de incertidumbre y me amargaban, pues era desalentador que después de tantos años de espera pudiese desembocar en la entrada de un laberinto.

Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas

viernes

Perspectiva clásica

Antonio López aparece caminado por la calle desde lejos con los materiales necesarios para un cuadro. Es una perspectiva clásica, casi renacentista, en el inicio de este filme. Una vez en el estudio, monta el lienzo en su bastidor ante un gran ventanal. Lo saca al jardín y lo coloca en un caballete junto a un pequeño membrillero. Se dispone a pintarlo. En ese momento decisivo suenan campanas alrededor. 


Estamos en algún lugar cerca de la estación de trenes de Chamartín, en Madrid. Pasan trenes, aviones, el tráfico de la ciudad. Cerca hay descampados, casas humildes en ellos, vertederos. El sol acaricia las ramas del pequeño árbol apenas unos instantes, a primera hora de la mañana; luego se retira con prontitud. 


Ese será el sol que quiere atrapar el artista, esos destellos fugaces que hacen resplandecer las hojas y los frutos. La cámara de cine acompañará en su empeño al pintor, sin guion previo, sin otra intención que estar atenta a los acontecimientos de la creación artística.


María José Chinchilla, La luz de los sueños

domingo

Aplausos de fondo

Calvin: "Pienso que la vida debería ser un poco más como la tele. Pienso que los problemas de la vida deberían poder ser resueltos en 30 minutos con simples sermones. Pienso que el peso y la higiene oral deberían ser nuestras más grandes preocupaciones. Pienso que todos deberíamos ser poderosos, tener trabajos bien pagados y conducir coches deportivos. Todos nuestros deseos deberían ser instantáneamente complacidos, las mujeres deberían usar siempre ropa ajustada y los hombres deberían cargar potentes revólveres. La vida en general debería ser más glamourosa y llena con aplausos de fondo. Pero si la vida real fuera así ¿qué veríamos en televisión?


Calvin and Hobbes 

Humorista

El humor y la timidez generalmente se dan juntos. Tú no eres una excepción. El humor es una máscara y la timidez otra. No dejes que te quiten las dos al mismo tiempo.


Augusto Monterroso, Movimiento perpetuo

Todo parecía resplandecer

Y llegó el lunes.


Viéndola caminar hacia el restorán, Martín se dijo que para ella no era adecuada la palabra linda, ni siquiera hermosa; quizá se le podía decir bella, pero sobre todo soberana. Aun con su simple blusa blanca, su pollera negra y sus zapatillas chatas. Sencillez sobre la que resaltaban aun más sus rasgos exóticos, del mismo modo que una estatua es más notable en una plaza desprovista de ornamentos. 

Todo parecía resplandecer aquella tarde. Y hasta la calma del día, la falta de viento, el sol fuerte que parecía postergar la llegada del otoño (más tarde pensó que el otoño había estado esperando agazapado para descargar toda su tristeza en el momento en que él estuviera solo), todo parecía indicar que los astros se mostraban favorables.


Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas, p. 173

jueves

Aprovechar el frío


A mí no me parece mal que haya crisis, como no me parece mal que haya terremotos, ciclones, huracanes o tormentas (a fin de cuentas, han conseguido convencerme de que la economía es tan impredecible como el clima), lo que me parece mal es que no se aprovechen estas épocas de recesión para cultivar valores como la generosidad, el decoro, el altruismo o la decencia. Es como no aprovechar la lluvia para mirar por la ventana ni la nieve para recordar la infancia, ni el frío para hacer el amor.

Juan José Millás, El País

miércoles

Huellas

El talento para resolver el problema más enigmático solo está en la mirada. Todos los ojos dejan huellas. 

(...) Mirar simultáneamente una montaña de despojos que crece al lado de una autopista y una fotografía de unas vacas en la Alta Saboya y entender el fino e irrompible hilo que las une, si no te vuelves loco, ese es el arte.

Manuel Vicent El País, 3/3/2018

sábado

Las vidas de otros


Antes que los libros, objetos raros y difíciles, fueron los álbumes de estampas. Al principio solo eran páginas en blanco cuyos recuadros numerados exigían las fracciones de una historia que iría formulando el azar. La primera estampa y la última eran las más valiosas, las que más difícilmente aparecían, y sus cifras cobraban el misterio cabalístico del Alfa y la Omega. Venían en sobres que rasgábamos  como cartas ansiadas o en las tabletas de chocolate. En estas últimas se sumaban con delicia los olores del papel impreso y del cacao. Cada estampa postulaba en el vacío la unidad de la historia. En su reverso leíamos unas pocas líneas de sentido enigmático, como si fueran los únicos jirones rescatados de un libro que se perdió. Exactamente así leemos las miradas y las vidas de otros, fragmentos en el tiempo de un álbum que nunca nos será dado completar.


Antonio Muñoz Molina, Escrito en un instante, 1997


domingo

Personajes de ficción

Acaba de celebrarse en el centro Georges Pompidou una retrospectiva de la artista contemporánea Sophie Calle. La muestra se titula M’as tu vue? (¿Me has visto?) y recoge fragmentos del trabajo de la artista, desde su obra más conocida, Les dormeurs (1979), en la que invitó a gente del más variado pelaje a dormir en su cama mientras ella les fotografiaba, hasta su último vídeo, Unfinished, una obra que empezó en 1988 cuando un banco le ofreció el material grabado por las cámaras de los cajeros automáticos y donde advertimos la extraña relación que tienen las personas con el dinero.


(…) En estos veinticinco años de trabajo, Sophie Calle se ha casado con alguien a quien apenas conocía y ha hecho en su luna de miel un vídeo melancólico llamado No sex last night; ha convertido su ruptura sentimental en un exorcismo del dolor ajeno (Doleur exquise); ha enviado su cama a San Francisco para que un desconocido vele en ella su propia ruptura (Voyage en Californie); ha seguido a un desconocido hasta Venecia; ha trabajado como mujer de la limpieza en un hotel también en Venecia; ha conservado sus regalos de cumpleaños durante catorce años sin utilizarlos (Rituel d’anniversaire); ha hecho strip-tease en un barracón (rememorando sus recuerdos de niña cuando a los seis años se quitaba la ropa en el ascensor de su casa y corría desnuda hasta la puerta); ha fotografiado la ausencia de los símbolos en las calles de la ex Alemania del Este y ha preguntado a los paseantes sus recuerdos sobre ellos (para encontrarse con que la mayoría tenía recuerdos equivocados); se ha instalado durante una noche en lo alto de la Torre Eiffel, en una habitación, donde ha solicitado que los visitantes le contaran historias de cinco minutos; ha pedido a Paul Auster (que a su vez la había utilizado como personaje de la novela Leviatán) que inventara un personaje de ficción para ella... 


Isabel Coixet, La vida es un guion


Time in a bottle




El 20 de septiembre de 1973, durante la gira de Croce Life and Times, el día anterior al lanzamiento del single “I Got a Name”, que era el número 11 de su carrera, Croce, Muehleisen y otras cuatro personas se estrellaron en la pista Natchitoches, Luisiana, falleciendo todos a causa del accidente. Croce acababa de terminar un concierto en Prather Northwestern State University en Natchitoches Coliseum. Iba a volar a Sherman, Texas, donde ofrecería un concierto en el Austin College y para ello fletó un avión privado, un Beechcraft E18S. Durante el despegue, el avión no pudo ganar suficiente altura y se estrelló contra un árbol en el extremo de la pista.

La investigación demostró que el avión se estrelló después de no poder rodear un pacano al fin de la pista de despegue. El piloto no fue capaz de ganar altura suficiente y no había intentado evitar el árbol, pese a ser el único árbol de esa área de la pista. El sol se había puesto ya, pero el cielo estaba claro, sin viento y con una visibilidad de cinco millas con neblina. El informe del NTSB nota 3​ mencionó que la causa probable fue la incapacidad del piloto para ver el obstáculo físico debido a algún trastorno físico. Elliott, de 57 años, padecía una severa enfermedad coronaria y había corrido tres millas del hotel al aeropuerto. Estaba certificado por la ATP, con 14.290 horas totales de vuelo y 2.190 horas en el Beech tipo 18. Otra investigación posterior culpa totalmente al piloto por despegar a favor del viento hacia un "agujero negro" (área de oscuridad severa que limita el uso de referencias visuales).

Jim Croce tenía 30 años. Está sepultado en Haym Salomon Memorial Park en Frazer, Pensilvania.

sábado

Resquicios


‒ (…) Ya hay demasiados directores interesados en contar las cosas de manera que se entienda todo hasta la saciedad, hasta que no quede un resquicio de misterio, y a mí me interesan los secretos, el misterio…

‒… Las dobles vidas.

‒ Sí, las dobles vidas.

Isabel Coixet entrevista a Wong Kar Wai en La vida es un guion

lunes

Putos adjetivos

Mi visión del mundo es muy pesimista, pero mi carácter no es melancólico. Por lo menos el carácter del que escribe. El que escribe es un tío más alegre que yo. Bueno, sobre todo el que corrige.

El otro día leía algo sobre Montaigne que me hizo gracia. La alegría que da abrir un libro de Montaigne y saber que a la página siguiente ya estará hablando de otra cosa.

Parece que te sale todo más complicado de lo que debe ser. Yo he tratado de escribir sin tonterías. Hay poquísimos adjetivos en lo que escribo. “La literatura es el adjetivo”, decían Pla y Umbral. Pues será. Pero yo a mí mismo no me hablo con adjetivos. Tengo cuatro adjetivos. Y pensando me imagino que menos. Pla decía que se paraba a liarse y encenderse un cigarrillo mientras pensaba un adjetivo. Yo, cada vez que me fumo un pitillo, y son muchos, quito un adjetivo.

Iñaki Uriarte

sábado

Territorio abierto

El arte es sencillamente el espíritu con el que se afrontan las situaciones, no es ni más ni menos que eso. No son situaciones prefabricadas. Es decir, si usted es pintor está en trance de ser artista, pero si usted es burócrata, si le da la gana y se esfuerza lo suficiente, también está en ese trance. 

No hay campo limitado para el arte. Todo territorio está abierto, basta el espíritu con el que se afronta la entrada en ese territorio.
 
Isidoro Valcárcel Medina

Mausoleos

Los museos son mausoleos, siempre se ha dicho. Hoy, los museos son cementerios, simplemente.


Isidoro Valcárcel Medina

viernes

Solo es cuestión de edad

"He estado en la cárcel, he hecho una huelga de hambre, he sufrido un divorcio, he asistido a un moribundo. Una vez fabriqué una bomba. Negocié con drogas. Me dejó una mujer, dejé a otra. Un día se incendió mi casa, me han robado, he padecido una inundación y una sequía, me he estrellado en un coche. Fui amigo de alguien que murió asesinado y que fue enterrado por los asesinos en su propio jardín. También conocí a un hombre que mató a otro hombre, y a uno que se ahorcó. Solo es cuestión de edad. Todo esto me ha sucedido en una vida en general muy tranquila, pacífica, sin grandes sobresaltos".

jueves

Un trabajo modesto

Lo que quiero decir es que yo hago un trabajo muy individualizado. Yo voy a la caza de almas, no de masas. Convencer a las masas no creo que sea posible. Han de convencerse las personas por sí mismas. 


Cuando trabajo, lo que hago es poner una especie de mecanismos, para que la gente produzca un cambio en su manera de pensar y se ponga en el buen camino. Pero yo sólo le apunto un camino. Nada más. En realidad, es un trabajo muy modesto, ¿eh? 


Antoni Tapies 

martes

La bicicleta estática

Cuando oigo que todavía se discute sobre si realidad y ficción pueden ser lo mismo, me quedo de piedra. ¿No sería más pertinente hablar de las relaciones entre novela y ensayo? 


Por poco que estos dos géneros colindantes se mezclen, surge potente a veces un arte literario (acaba de suceder con los cuentos de La bicicleta estática, el maravilloso libro de Sergi Pàmies) que cada día se interesa más por ocuparse de cosas que solo pueden decirse escribiendo, que no pueden expresarse bien a través de una película, una serie televisiva o un cuadro.


Enrique Vila-Matas, Pensar de otro modo, El País. 14/09/2010

domingo

Meter dinero en una botella en medio de la noche

Bataille citaba la parábola de Keynes como una alternativa subterránea a la superficie árida de la economía. La parábola venía a decir que si el Tesoro público metiera dinero en botellas y las enterrara a cierta profundidad en minas de carbón abandonadas y las cubriera de escombros y luego encomendara a la iniciativa privada la tarea de desenterrar el dinero (siempre, claro está, que se obtuviera el permiso para hacerlo por medio de las concesiones de explotación del suelo donde están enterradas las botellas), desaparecería el desempleo, y gracias a sus efectos, la renta real de la sociedad, e incluso su patrimonio aumentarían por encima de los niveles actuales.


Enrique Vila-Matas, Conjuras invisibles, El País, 1/6/2010


Nota de Roberto Pintado: Explicación no autorizada por la comunidad científica de cómo la ficción es en sí misma (también) motor de la economía.

Concurso

Si dobláramos el eje sur-norte de la máxima distancia de Suecia, ¿adónde llegaríamos?
a) Ámsterdam
b) Baviera
c) Suiza
d) Sur de Córcega



sábado

Relato en reserva

La intimidad es justamente ese relato en reserva, una especie de comodín de la autoestima. Si tú supieras.

No tenemos nada que darles

A veces he soñado, al menos, que cuando el Día del Juicio amanezca y los grandes conquistadores y abogados y estadistas vengan a recibir su recompensas -sus coronas, sus laureles, sus nombres tallados indeleblemente en mármol imperecedero- el Todopoderoso se volverá hacia Pedro y dirá, no sin cierta envidia cuando nos vea venir con nuestros libros bajo el brazo: "Mira, estos no necesitan recompensa. No tenemos nada para darles aquí. Les ha encantado leer".

jueves

Peinadoras a domicilio

Por desgracia, astutos sureños han sustituido por estables antros tricófilos a las peinadoras turinesas a domicilio, que eran el nervio moral de la ciudad, protagonistas y admirables oyentes de historias descorazonadoras, mientras calentaban la plancha y colocaban los rulos.

Guido Ceronetti, Pequeño infierno turinés

Los niveles críticos de la conciencia

El arte es hipnosis. Es crear una especie de máquina de hipnotizar a otra persona para trasmitirle vivencias o experiencias anímicas que no se traducen en hechos perceptibles. Escribís una historia y esa historia es como una trampa que mantiene el interés del lector, para que en ese estado vaya bajando los niveles críticos de su conciencia, de modo que empiece a aceptar y a recibir cosas que están implícitas en el texto.


Mario Levrero

miércoles

Mínimas obras de arte

Hay vidas que terminan sin dejar nada, ni destruido ni detenido, sin abrir ni congelar ningún desorden, mínimas obras de arte de orden en el gran desequilibrio humano.


domingo

Ensayo


¿Qué aprende un narrador escribiendo ensayo?
Aprende que la imaginación tiene un sistema de anclajes, sin el cual el ensayo se te convierte en novela.


Jordi Soler, Entrevista en Babelia, 19/Septiembre/2019



sábado

Actos de libertad

Me gusta ese momento en que Umbral amenaza con marcharse del programa, porque veo allí un acto de libertad. Para qué quedarme en un absurdo programa de entrevistas si no se habla de mi libro, dice Umbral con desprecio. Para qué quedarse en tantos sitios de la vida donde reina la inanidad, podría ser la enseñanza escondida para todos nosotros. Por qué no marcharte, allí donde las circunstancias te obligan a quedarte.


Manuel Vilas, Milá y Umbral. El País, 9/Septiembre/2019

viernes

La velocidad de las novelas

Mi amigo Carlos Pujol decía que el oficio literario es para señoritos jerezanos, gente que se lo pueda tomar con calma. Si intentas aplicar velocidad a una novela, no sale.


Manuel Longares

 

Vivir en el cine

“Gracias a este aparato, todo el mundo podrá ver revivir la salida de la iglesia de la boda del señor X… con la señorita Y…, el final de la carrera del Grand Prix, el desfile de los coraceros en la revista del 14 de julio y las innumerables escenas vividas cada día en nuestro París tan pintoresco. 


Ese es el aspecto divertido del cinematógrafo. Pero ¡cuántas aplicaciones útiles para la enseñanza de las artes y las ciencias, para la grabación y conservación de las grandes escenas teatrales, etc., cuánto tendremos que grabar cuando el aparato, de módico precio en suma, se haya generalizado, democratizado, y se encuentre en todas las manos como ahora lo están el gemelo fotográfico y el verascopio! ¡Qué alegría sentirán nuestros nietos cuando hagan revivir a sus antepasados gracias a las pruebas cinematográficas cuidadosamente conservadas!”.


E.H. Le Nature, 11 de noviembre de 1896

jueves

Dos euros del desayuno

Voy señalando barrios y calles en donde me gustaría vivir. Por ejemplo, el barrio de Moncloa. Me gusta la calle Altamirano. Mi restaurante preferido es el McDonalds de la Gran Vía. Para mí es el mejor restaurante de Madrid, porque es barato y sencillo. Desayuno allí, me suelo pedir el sándwich de salchicha con huevo y queso, que es excelente y está tirado de precio, eso me pone de muy buen humor, y me gusta sentarme junto a los ventanales y ver pasar a la gente, a la buena gente de Madrid. Si estoy por la Gran Vía, acabo visitando Primark. Pero nunca me compro nada.

(...) También me gusta la Plaza del Callao. Situarme en mitad de la Plaza, porque ese sitio tiene algo mágico. Hay una zapatería que suelo visitar. Nunca me he comprado nada allí, porque es cara. Pero me gusta ver zapatos. A veces me pruebo algunos. A mí me gustan los zapatos italianos en punta y de rebajas, y no es fácil encontrarlos. La verdad es que muchas veces regreso a casa habiéndome gastado solo los dos euros del desayuno de McDonalds.

Mi momento de oro es recorrer Madrid con mi coche los domingos a las nueve de la mañana. No hay nadie. La ciudad está desnuda. La Puerta de Alcalá entonces es una puerta de verdad. La Cibeles te invita a subirte a su carro. Recorres el Paseo de la Castellana en cinco minutos. Te plantas en el Santiago Bernabéu. Y desde allí, Madrid ya es tuya, o esa ilusión te exalta por un segundo.


Manuel Vilas, Conduciendo por Madrid, El País, 5/10/2018


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martes

Nota para el comienzo del curso escolar

Calvin: "Voy a la escuela pero nunca aprendo lo que quiero saber".

The Authoritative Calvin and Hobbes 


sábado

Cambio de ambiente

Un cambio de ambiente es la falacia tradicional en la que confían los amores —y los pulmones—  condenados.


(Lolita)


Perdón

Dibujo de Alicia Rihko
Mi gato me mira mal.
De entrada, desde que volvimos a Madrid me mira poco, porque pasa largas horas en su butaca favorita, sobre su manta favorita, y ya no viene a buscarme. Tengo que buscarlo yo y, cuando lo encuentro, me mira sin demasiado interés. Luego se deja rascar, acariciar, incluso cepillar, con una indiferencia casi desdeñosa, como si nada de lo que yo pudiera hacer por él mereciera su perdón.


Almudena Grandes, El perdón de mi gato, El País Semanal 1/9/2019

lunes

Ovnis sobrevuelan Madrid

La literatura no nació el día en que un chico llegó corriendo del Valle Neanderthal gritando el lobo, el lobo, con un enorme lobo gris pisándole los talones; la literatura nació el día en que un chico llegó gritando el lobo, el lobo, sin que le persiguiera ningún lobo.


Vladimir Nabokov, Curso de literatura europea, Editorial Bruguera, Barcelona 1983, pág. 13.


domingo

Canillejas

Cogí el metro en Canillejas, me senté y fui pasando las estaciones con expresión devota. Torre Arias, Suanzes, Ciudad Lineal, Pueblo Nuevo, Quintana, El Carmen, Ventas... Si entre túnel y túnel vas repitiendo el nombre de las estaciones con los ojos cerrados, la retahíla acaba transformándose en una oración. 


Por lo menos, eso es lo que le decía el tipo que iba a mi lado a un discípulo pálido. Los miré de reojo y vi que bajaban los párpados y comenzaban a susurrar: Diego de León, Núñez de Balboa, Rubén Darío, Alonso Martínez, Chueca... Cuando llegaban a Ópera, empezaban otra vez por Canillejas, y la cosa sonaba como un salmo que te iba apartando de las miserias de este mundo. De súbito, abrieron los ojos y se quedaron mirando al vacío.


— ¿Qué has visto?— preguntó el maestro.
— No sé, un rostro. San Juan Bosco, quizá.


Juan José Millás, Oraciones metro a metro, El País


domingo

Mostrar y contar


Para la clase de 'mostrar y contar' he traído un avión de juguete.
Es muy normal, supongo, pero me gusta llevarlo encima.
¡Es para recordarme que, en cuanto ahorre un poco de dinero, compraré un billete y me iré tan lejos de vosotros, estúpidos, que alucinaréis!
No es una 'actitud'. ¡Es un hecho!


Bill Watterson, Calvin & Hobbes