miércoles

Consignas

"Antes o después me descubriré y lo estropearé todo".

Esto más que una frase era un pensamiento. Ocurrió en varios momentos de mi vida desde que llegué a Madrid. Temía que mi vida de testaferro de una escritora de verdad se viniera abajo por presión, por vanidad o por tomar una copa de más en alguno de esos cócteles maravillosos a los que tenía que asistir hablando, sonriendo, asintiendo, bebiendo como si yo fuera ella.

La consigna de la editorial era: sé amable, pero no demasiado, no confraternices con nadie más allá de la buena educación, no quedes con nadie fuera del trabajo, no hables de literatura ni de política.

¿Cómo podía no hablar de literatura si yo era la cara visible de una escritora?

¿Y si alguien me pedía una explicación por una metáfora mal usada?

Nazaré Lascano, Cuento de Parque Chas



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