lunes

Aquella obsesión

Tuve que cortarme el pelo y me tenía que poner vestidos estampados.

A todas horas.

La gente me preguntaba mucho por aquellos jodidos vestidos porque aparecían de forma recurrente, junto a la ropa interior de color rojo, en las novelas. 

La escritora no dejó dicho nada acerca del origen de aquella obsesión y los editores no se ponían de acuerdo sobre qué responder. Propuse llamarla y preguntarle directamente, pero me miraron como si estuviera loca. Finalmente uno de ellos dijo que lo mejor era que improvisara. 

"Si improvisa no dirá nada peor que la sarta de gilipolleces que estamos proponiendo".

Me encanta la palabra gilipolleces. Todo aquello era una gilipollez enorme que me daba de comer.

Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas

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