jueves

El gran escenario

Hablo de convertir el HEQ en un centro en el que a los pacientes se les enseñe sistemáticamente a jugar con la vida, a dejar que fluyan sus fantasías, a no ser honestos y a disfrutar no siéndolo, a mentir y a fingir y a sentir odio y rabia y amor y compasión según lo determine el capricho de unos dados. 

Hablo de crear una institución en la que los médicos finjan de vez en cuando que son pacientes, durante unos días, unas semanas, en la que los pacientes finjan ser médicos y se ocupen de las sesiones terapéuticas, donde los vigilantes y las enfermeras interpreten el papel de pacientes y visitantes y doctores y el tipo que repara el televisor, en la que toda la puta institución sea un gran escenario en el que todos podamos pasearnos libremente.

Luke Rhinehart, El hombre de los dados

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