miércoles

Ruedas de molino

En el discurso cervantino pronunciado anteayer por Juan Goytisolo con ocasión del Premio Don Quijote, me reencuentro con una imagen que me ha perseguido obsesivamente desde mis primeros días de estudiante: la de Cervantes leyendo «hasta los papeles rotos de las calles». 

O, dicho de otro modo, leyendo con desesperación, con urgencia, con consciencia del tiempo. Me gusta imaginar a Cervantes, padre huérfano de nuestra lengua, haciendo correr sus ojos por el suelo, como quien intentase abarcar una pantalla tan amplia como el mundo. Me gusta imaginarlo hoy como un internauta pionero, fascinado ante la infinitud escrita, sin saber ni por dónde empezar, leyendo todo, nada. Con los ojos como ruedas de molino.


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