Mensajes personales
Algunos miércoles Enrique repartía barras de pan a las puertas de los colegios. Compraba cien unidades a una panificadora, se colocaba frente a un colegio a la hora de la salida del mediodía, y repartía las barras.
Algunas veces, aunque no siempre, metía dentro del pan con mucho cuidado mensajes escritos al estilo de las galletas chinas pero mucho más concretos y personales.
Enrique se quedaba largo rato mirando a los niños y a sus madres caminar hacia casa con sus barras de pan bajo el brazo.
Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas
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