martes

Excusas creíbles

Otras veces era la Pupila la que se quedaba a dormir en la tienda. Para ella era todo un reto pues tenía que buscar excusas lo suficientemente creíbles para que su marido no sospechara. 

Para dormir Solía ponerse un camisón que nunca usaba en casa porque le parecía demasiado sexy.

Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas

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