lunes

Algo que yo no sepa


— Dime algo que hicieras de niña y que yo no sepa.

Fue unos días antes del apagón, acabábamos de recibir un montón de cajas y todas tenían botellas de champaña. Ropa con champán, jamón y queso con champán, libros con champán, cartas cursis con champán. Alguna carta puede que no fuera cursi. No comenzamos a hablar hasta vaciar la segunda copa, era un champán muy dulce, parecía que lo hubieran hecho con fresas en vez de con uvas. 


Lupe jugueteaba con un anillo de oro con una piedrita verde  que alguien había enviado junto a una carta de amor sin abrir.


— Cuando era pequeña. Iba a casa de los vecinos, era una pareja joven, les llamaba por la ventana y me pasaba la tarde con ellos. Mis viejos sabían que estaba allí, iban a buscarme para el almuerzo o para ir a la escuela.
— ¿Hubo algún momento que te sintieras mal con los vecinos?
— No, creo que no.
— ¿Eras muy chica?
— No mucho, tendría once o doce años, estuve yendo a su casa hasta los trece.
— ¿Por qué dejaste de ir?
— Creo que se fueron.
— ¿No lo recuerdas?
— Tendría que preguntárselo a mi vieja, pero sí, se fueron, recuerdo la casa cerrada y un montón de cajas apiladas a la puerta.
— ¿Recuerdas sus nombres?
— Es curioso, no lo recuerdo.

— ¿Qué hacías allí? ¿Por que no me hablaste nunca de ellos?

— No sé, los había olvidado, creo.
— ¿Y sus rostros? ¿Recordás cómo eran?
— Tengo un vago recuerdo, algo brumoso —sentía esa bruma dentro de mí, pero debía ser por el champán—  creo que él era muy alto y ella sonreía mucho, y él quizás tenía barba y ella el pelo muy largo, recogido en una coleta, creo que si los viera los conocería.

— ¿Por qué los ibas a conocer, si dices que solo tienes un vago recuerdo?
— Porque sé cómo eran.


Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas



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