Encontré una carta en el portal.
Estaba dentro de un sobre cerrado y arrugado, alguien lo había pisado y tenía impresa media huella de la suela de un zapato masculino.
Era una carta de amor, o de súplica, que no había llegado a su destinataria. Por suerte me había llegado a mí, y conocía a la mujer a la que iba dirigida, y estaba dispuesta a responder esa carta pasara lo que pasara.
Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas
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