Cuando ocurrió lo del accidente, y mi viejo volvió a casa para recuperarse, tuvo lugar ese instante terrible en el que los padres se vuelven más débiles que su hijos.
Mi padre fue consciente.
En el momento en que se sentó en el sofá, delante del televisor, me miró y me dijo:
— Naza, tu viejo ha vuelto a la casilla de salida.
Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas
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