jueves

Dos euros del desayuno

Voy señalando barrios y calles en donde me gustaría vivir. Por ejemplo, el barrio de Moncloa. Me gusta la calle Altamirano. Mi restaurante preferido es el McDonalds de la Gran Vía. Para mí es el mejor restaurante de Madrid, porque es barato y sencillo. Desayuno allí, me suelo pedir el sándwich de salchicha con huevo y queso, que es excelente y está tirado de precio, eso me pone de muy buen humor, y me gusta sentarme junto a los ventanales y ver pasar a la gente, a la buena gente de Madrid. Si estoy por la Gran Vía, acabo visitando Primark. Pero nunca me compro nada.

(...) También me gusta la Plaza del Callao. Situarme en mitad de la Plaza, porque ese sitio tiene algo mágico. Hay una zapatería que suelo visitar. Nunca me he comprado nada allí, porque es cara. Pero me gusta ver zapatos. A veces me pruebo algunos. A mí me gustan los zapatos italianos en punta y de rebajas, y no es fácil encontrarlos. La verdad es que muchas veces regreso a casa habiéndome gastado solo los dos euros del desayuno de McDonalds.

Mi momento de oro es recorrer Madrid con mi coche los domingos a las nueve de la mañana. No hay nadie. La ciudad está desnuda. La Puerta de Alcalá entonces es una puerta de verdad. La Cibeles te invita a subirte a su carro. Recorres el Paseo de la Castellana en cinco minutos. Te plantas en el Santiago Bernabéu. Y desde allí, Madrid ya es tuya, o esa ilusión te exalta por un segundo.


Manuel Vilas, Conduciendo por Madrid, El País, 5/10/2018


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