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Hormiguitas aplastadas

Están las 47 estructuras irrepetibles de copos, la autoparodia y la densidad de varias biografías que giran alrededor de un personaje, un niño excluido que se protege tras un superpoder imaginario. Hay humor, sofocos, tedio, sueños y melancolía, que se despliegan en 360 páginas de colores vivos repletas de recovecos narrativos, callejones sin salida y caminos secundarios. Ware no ha nacido para fomentar la comodidad de sus lectores: puede ofrecer dos historias en paralelo en la misma página, expresar sentimientos con formas geométricas o incluir 176 viñetas en el comprimido espacio que marcan 16x32 centímetros.

 “Trato de producir, con imágenes y palabras en una página, la intensidad más compleja del sentimiento humano que pueda, así como crear la sensación de vida más abrumadora e inmersiva posible”.

(...) lo que convierte sus libros en palabras mayores es su ambición clásica, su afán por desmenuzar una biografía desde lo insignificante a lo trascendental, de la hormiguita aplastada por un niño a la obsesión por el sexo, del cupcake (magdalena) a la discriminación racial. 

Artículo sobre Chris Ware en El País, 29-12-2019


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