jueves

De vuelta a casa

Regresamos a casa a medianoche, habíamos pasado el día en la playa, después estuvimos con la hermana de Carlos y los sobrinitos, al final se hizo retarde.

En cuanto subimos al carro los niños se quedaron dormidos, Carlos encendió un cigarrillo. "Me viene bien para concentrarme, ya sabés que no me gusta manejar de noche" "Está bien", me carga que me hable como si fuera su vieja, "Haced lo que querás, tus pulmones son tuyos".
La carretera estaba casi desierta, solo pasamos varios camiones y alguna furgoneta de reparto. Me pregunté qué carga llevarían, a dónde iban, quién los manejaba. Me dio pena no poder saber nada de nadie. 

Carlos conectó la radio. Daban un programa deportivo con los resultados del torneo y boludeces así. "¿Lo podés cambiar por favor?" "Tú misma..., la puse por poner, buscá algo que te guste". Busqué durante un rato, no había más que tipos insulsos hablando de resultados de fútbol. No sé por qué me los imaginaba a todos engominados y con la misma cara.

Por fin encontré algo de música. Creo que los dos nos estremecimos. La canción que emitían era Liberation de los Pet Shop Boys. Hacía muchos años que no la escuchábamos. Ese tema lo habíamos oído por primera vez en un carro los dos sentados en el asiento de atrás, una noche de vuelta a casa con unos amigos. Fue el día que nos besamos por primera vez. Solo nosotros sabíamos lo que había pasado.

Y ahora volvía esa canción, doce años después, en nuestro auto, sentados en el asiento delantero y con dos niños de cuatro y ocho años detrás.
Quise tomarle la mano, quise decirle "¿Recordás?" Pero la canción terminó y ninguno dijimos una palabra. 

Cuando llegamos a casa tuvimos que subir a los chicos en brazos. 

Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas

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