martes

Sospechosos útiles


El amor casi siempre debilita una novela policiaca, pues introduce una especie de suspense contrario a la lucha del detective por resolver el problema. Es algo que falsea las cartas, y nueve veces de cada diez supone la eliminación de al menos dos sospechosos útiles. En este caso, la única forma de amor eficaz es la que añade un elemento de peligro personal al detective. Pero, al mismo tiempo, percibimos institivamente que se trata de un simple episodio. Un buen detective no se casa jamás.

 Raymond Chandler, Apuntes sobre la novela policiaca (1949)


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