domingo

Revolución


O escuchando en La balada de Cable Hogue esta conversación entre el resistente Hogue y el taimado reverendo Joshua Douglas Sloan , después que la maravillosa puta Hildy se haya largado al amanecer hacia el Este para encontrar un marido rico. Dice Cable: “Por muchas mujeres que hayas conocido en tu vida, alguna vez llega una que te toca en lo más hondo”. El reverendo le responde: “Bueno, no es grave, Cable, supongo que se pasa con la muerte”.

Y acabo el día con este diálogo entre Lancaster y Palance en Los profesionales. Heridos ambos, antiguos amigos y ahora rivales, en medio de un desfiladero: “Cuando la revolución acaba, entierran a los muertos y los políticos empiezan a conjurar. Solo ha sido otra causa perdida. La revolución es como la más bella historia de amor. Al principio, ella es una causa pura, pero todos los amores tienen un enemigo temible: el tiempo. La revolución nunca fue una diosa, nunca fue virgen, siempre fue una puta.

Pero sin un amor, sin una causa, no somos nada. Nos quedamos porque tenemos fe, nos marchamos porque nos desengañamos, regresamos porque nos sentimos perdidos, morimos porque es inevitable”.

Carlos Boyero, El País

No hay comentarios: