lunes

Descubrir en vez de acatar


Gost (El huésped) es ante todo un film que se impone por su inmediata fascinación visual: el blanco y negro se declina en una serie de innumerables matices metálicos de gris, las ventanas inundan con haces de luz polvorienta interiores decrépitos y lujosos, los exteriores sembrados de hojas otoñales hablan de una minuciosa corrupción de la naturaleza. El preciosismo del film no decae nunca en caligrafía: parece descubrir en vez de acatar.


¿Y la historia? No se espere una nítida progresión narrativa del film. Como otros ilustres cineastas rusos, Kajdanovsky practica un lirismo exaltado, abandonos a la melancolía, raptos de violencia, una alternancia de arrebatos místicos y brutales, de espiritualidad y animalidad que ya Turguenev definía como ‘propia del alma rusa’. Rara vez la trasposición de un relato a una cultura lejana ha echado raíces tan profundas en el nuevo territorio, ha florecido con tanto esplendor.


Sobre la película Gost (El huésped, 1987) De Aleksander Kajdanovsky, basado en un relato de J.L. Borges.


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