domingo

Perder la conciencia




Ya en la cama, decidí que al día siguiente me levantaría con la fantasía de que me faltaba el brazo izquierdo, a ver qué tal se me daba la cosa. Nos dormimos con la radio puesta y antes de perder la conciencia oí que en la plaza de Castilla se había abierto un socavón por el que se habían colado cuatro coches y llovia y llovía.


J.J. Millás, Y llovía y llovía

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