Desde que murió padre, que era el
que ponía el sentido común, esta casa ha caído en el caos. Nuestro desorden es tan
grande que, a menudo, confundimos la noche con el día, la izquierda con la
derecha, los días de trabajo con las fiestas de guardar.
Nuestro calendario sigue inmóvil en
la pared de la cocina, marcando el día en el que murió padre y, como era el
único que sabía pasar las hojas, los días van cayendo sin orden, lo mismo hacia
adelante que hacia atrás o quedándose quietos, congelados en lunes perpetuos o,
lo que es peor, en domingos interminables como la eternidad de los agnósticos.
Con las fiestas religiosas pasa igual,
en casa siempre hemos celebrado las tradiciones, pero desde que se fue papá, lo
hacemos de forma espontánea, cuando creemos que ha llegado el momento. Por
ejemplo, si madre dice Creo que por ahora
es San Juan o Me parece que este martes
son Los Santos, entonces amontonamos muebles viejos y encendemos una
hoguera en medio del patio, o compramos huesos de santo y freímos roscas de
anís, y después vamos a comerlas al cementerio, junto a la tumba de padre.
Pero esta mañana el primo Eduardo ha
llegado diciendo que por la situación de la Osa Mayor, cree que es Nochebuena.
Todos nos hemos alegrado y enternecido mucho recordando cómo le gustaba a padre
celebrar estas fiestas con toda la familia, y madre nos ha mandado a Eduardo, que
es el único que tiene coche, y a mí ir hasta el cementerio y traer a papá.
No pueden imaginar la cena tan
estupenda que hemos tenido, madre estuvo toda la tarde en la cocina, mi hermana
Margarita trajo a su último novio y el abuelo tocó la botella de anís mientras
cantábamos villancicos. Pobre papá, cuando acabó la noche a todos
nos ha dado mucha pena y hemos decidido que no vuelva a la tumba. Lo hemos
dejado en su silla, delante de su plato que estaba lleno de tierra.
Si todo va bien puede que padre nos ayude con
las hojas del calendario y así no volveremos a tener una Navidad con estas
temperaturas, porque aunque el primo Eduardo dice que para una celebración familiar
el calor es lo mejor que hay, la verdad es que la carne se pudre enseguida y
Margarita dice que está un poco harta de salir a ligar cada vez que hay algo
que celebrar.
1 comentario:
Esta muy bien, resulta tierno y entrañable, a la vez que siniestro xD
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