sábado

Lunares en la espalda (constelaciones de sed)

Ya no suena Dylan en lo más profundo de mi cráneo./ Ya los días no tienen separadores (como de páginas) con tu nombre/ ya la arena no guarda el recuerdo de su roca/. Ya no huyo./ Ya no hay frutas prohibidas, ni pasteles de nata con regusto amargo./ Ya no hay timbres negros para volver a casa./ Ya es el tiempo de la pasta seca, de la simiente, de los generales.../ Mañana crearé el mundo en una cáscara de naranja/ mañana saldrás de una nuez olvidada/ mañana retumba el juego de la oca en mi espalda/ en tu cara./ Tu cara con ese lunar a la espalda.

John M. Pherson, Poemas de la iguana, Ed. Loup, San Sebastián, p. 144.

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