jueves

Un detective sin pasado

 — Cuando los detectives están sin trabajo vienen al depósito como el historiador ocioso entra en un archivo lleno de legajos.

Darío estaba borracho, empapado de aquella luz, de aquel olor, de aquel eco metálico. Esa embriaguez le hacía hablar más de lo debido, pero sabía que Tomás no le causaría ningún problema. No lo despreciaba, pero le parecía un detective sin pasado y los detectives necesitan traumas a los que agarrarse.

— ¿Alguna vez viniste a por trabajo al depósito?

A Darío le dieron ganas de contar muchas historias, pero la mayoría no tenían final feliz y no quería parecer un detective de novela barata.

— Alguna vez vine, de muy joven, cuando no me mandaban casos y quería solucionar asuntos que me dieran fama y consideración. Después en épocas malas, para distraerme o por placer.

— ¿Buscabas casos por placer?
— ¿Tú aún no lo has hecho?

Tomás se avergonzó, al parecer un buen detective investiga por placer, pero el no era un buen detective, solo era un actor y debía buscar una respuesta que nadie le había escrito en su texto.

— Me temo que aún no soy un buen detective.
— No importa, los primeros años confórmate con sobrevivir. 

Mientras hablaban Darío se paseaba entre las cámaras frigoríficas como un bibliófilo en una biblioteca llena de incunables. Por fin abrió una.

Nazaré Lascano, Cuentos de Parque Chas

No hay comentarios: