miércoles

Fruto de su imaginación

Fingir es fácil.

Fingir en la cama es muy fácil.

Un hombre se creerá lo que sea y, cuanto más ego tenga más fácil será hacer una función en la que él pensará que en la pista ha habido trapecistas, juegos malabares y fuegos artificiales.
Jamás sabrá, ni se le pasará por la cabeza, que todo fue fruto de su imaginación.

Yo lo he hecho muchas veces, las primeras porque no lograba concentrarme, estaba como ausente, me daba la sensación de que veía la escena desde otro lugar y parecía que si no hacía algo me quedaba fuera de la fiesta. Después me acostumbré a aquellos shows que me montaba en la cabeza y si no conseguía armar una buena función ya no disfrutaba. 

Durante mucho tiempo no le conté nada a nadie, me daba vergüenza y pensaba que estaba haciendo algo malo, pero varias mujeres, unas amigas y otras menos amigas, me dijeron con naturalidad que ellas también lo hacían.

— ¿Tú les engañas Naza?

¿Cómo podía reconocer algo que solo yo sabía y que me montaba en mi cabeza como si fuera el escenario de un cabaret?

— Yo no engaño nunca.
— ¿Cómo logras entonces que no se sientan unos desgraciados?

¿Desgraciados? No lo entendía bien, yo lo hacía por no sentirme yo una desgraciada, nunca había pensado que ellos pudieran serlo.

— No tienen por qué sentirse desgraciados, el sexo es para disfrutar.
— Entonces...¿No actúas nunca?

No podía disimular más.


Naaré Lascano, Cuentos de parque Chas



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