lunes

La mediana edad era esto

Coches, perros, ancianos, adolescentes. Solo las personas de mediana edad, como yo, no desaparecían ni a tiros. Personalmente, no había desaparecido nunca. Intenté pensar en mí como en un desaparecido, calculando el hueco que mi ausencia provocaría en la vida de los otros. 


Un hueco pequeño, una especie de respiradero, que enseguida se rellenaría de otras cosas (perros, coches, personas), mientras mi volumen se movería por barrios alejados del mío. Me imaginaba yendo en un autobús que nunca hubiera tomado antes.


J.J. Millás, El desaparecido