martes

La biblioteca infinita


Aquí tiene su entrada la Biblioteca de Babel

Yo afirmo que la Biblioteca es interminable. Los idealistas arguyen que las salas hexagonales son una forma necesaria del espacio absoluto o, por lo menos, de nuestra intuición del espacio. Razonan que es inconcebible una sala triangular o pentagonal. (Los místicos pretenden que el éxtasis les revela una cámara circular con un gran libro circular de lomo continuo, que da toda la vuelta de las paredes; pero su testimonio es sospechoso; sus palabras, oscuras. Ese libro cíclico es Dios.) Básteme, por ahora, repetir el dictamen clásico: La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono, cuya circunferencia es inaccesible.

Jorge Luis Borges, La biblioteca de Babel El jardín de senderos que se bifurcan (1941; Ficciones, 1944)

La biblioteca de Babel está formada por hexágonos, de los cuales cuatro muros se usan para almacenar los libros, y las restantes dos para comunicarse con los siguientes.

Cada muro tiene cinco estantes.
Cada estante treinta y dos libros.
Cada libro cuatrocientas diez páginas.
Cada página cuarenta renglones.
Cada renglón ochenta símbolos.
Cada símbolo veinticinco variantes.
Los símbolos son veinticinco. Las veintidós letras de un alfabeto, el punto, la coma y el espacio. Aplicando una combinatoria básica se deduce que: Si en cada renglón hay 80 símbolos, y en cada página hay 40 renglones, entonces hay 80 x 40 símbolos por página; si cada libro tiene 410 páginas, entonces tiene 3200 x 410= 1312000 símbolos. Finalmente, como cada símbolo tiene 25 variantes, pueden formarse libros completamente distintos.

lunes

Love is wise, hatred is foolish


Cuando estés considerando cualquier tema, o considerando cualquier filosofía, pregúntate a ti mismo únicamente: ¿cuáles son los hechos? ¿y cuál es la verdad que los hechos revelan? Nunca te dejes desviar, ya sea por lo que deseas creer, o por lo que crees que te traería de beneficio si así fuera creído. Observa única e indudablemente sobre cuáles son los hechos.

(…) Lo moral que quisiera decir es muy simple. Debo decir: el amor es sabio, el odio es tonto. En este mundo que cada vez se vuelve más y más estrechamente interconectado, tenemos que aprender a tolerarnos los unos a los otros, tenemos que aprender a aceptar el hecho de que alguien dirá cosas que no nos gustarán. Podemos solo vivir juntos se esa manera. Si vamos a vivir juntos y no a morir juntos, debemos aprender un tipo de caridad y un tipo de tolerancia que es absolutamente vital para la continuación de la vida humana en este planeta.

Bertrand Russell en el programa Face to Face

lunes

Antagonismo. Una lección deportiva de Rafael Sánchez Ferlosio


Pero acaso lo más interesante de este último paso a la categoría de diferencia de un miembro de una pluralidad de repetición es la circunstancia de que se dé de la manera más exactamente analógica, en miembros de antagonismo deportivo. Así ocurrió, en efecto, cuando los cuatro partidos del circo romano, blancos, rojos, verdes y azules, fueron copiados, hacia el siglo V d.C., por el circo de Constantinopla, reduciéndose de cuatro a dos —tal como parece exigir el más puro paradigma del antagonismo—, los famosos Partidos del Circo: Verdes y Azules, de los cuales uno adoptó la nota específica de “monofisita”, para pasar a la categoría de la diferencia. El antagonismo deportivo parece ser el que mejor cuadra por el modelo del postulado de Carl Schmitt sobre el resorte fundamental de la política: amigo y enemigo.


Rafael Sánchez Ferlosio, La clarividencia de Defoe, El País, 25/05/2014